Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Bien dicen que quien está limpio ni de jabón necesita y la expresión cae como anillo al dedo al ver la estrategia de defensa del alcalde Álvaro Arzú ante la acusación en su contra formulada por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y el Ministerio Público en su contra. Cualquier persona que se sabe inocente plantea una línea de defensa inteligente y razonable, pero cuando no hay respuestas coherentes en ese sentido, se tiene que recurrir a las patrañas como la del tema ideológico que implica la existencia de una conspiración de la izquierda para eliminar a la gente de derecha.
No sorprende, en ese sentido, que haya tanta coincidencia entre la línea de defensa que planteó Baldetti por los señalamientos en su contra y la que propuso ayer Arzú en su comunicado difundido en las redes sociales. Salta a la vista que estamos hablando de coyotes de la misma loma, para decir lo menos, o un par de monos que se dan la cola, gente que se siente superior a la ley y que no entiende que debe asumir las consecuencias de sus actos. Es cierto que hay un buen contingente de ciudadanos para quienes la lucha contra la corrupción es nociva porque no sólo afecta a sus cuates, sino que además “detiene el ritmo de la economía”, lo que evidencia el enorme peso que los negocios sucios tienen en la actividad económica nacional. Pero escudarse en el argumento ideológico finalmente no hace sino demostrar que los pícaros no tienen cómo defenderse de las acusaciones que se formulan en su contra.
Y que conste que en el caso del Alcalde lo que ha salido es apenas la más pequeña punta del iceberg, pero falta ver lo que se pudo recopilar de la información en computadoras de la Municipalidad en donde habrá detalles de cómo se manejan los fideicomisos que son el instrumento perfecto de la corrupción porque encubre los manejos ilícitos e inmorales que se hacen de los recursos públicos. Y es que realmente el tono del ataque contra Iván Velásquez y Thelma Aldana de parte del Alcalde tiene todas las características de un berrinche como los que hacen los niños cuando no los dejan hacer lo que les da la gana. Si tan inocente se considera el Alcalde debiera no sólo centrarse en la acusación ya formulada, sino también en explicar el manejo de los miles de millones que han canalizado en esa desvirtuada institución del fideicomiso. Y eso para no entrar en detalles sobre lo que comentan tanto los constructores sobre la forma en que tienen que ponerse firmes para lograr las licencias que les otorga Tu Muni.
Lo que pasa es que hay mucha gente que se cree intocable simplemente porque sí y porque lambiscones que en su momento fueron gestores de gastos confidenciales consideran una falta de respeto que siquiera se piense en investigar a una figura que consideran intocable. Ante la ley no hay intocables y eso es algo que nos cuesta mucho entender a los guatemaltecos, al punto de que hay quienes se atreven a sostener lo contrario hasta con tono de orgullo herido.