Carlos Soto Pineda

Cuando la corrupción dice “a barrer”, hasta la escoba se roba… no importa con que mano la agarre, izquierda o derecha.

Varias personas no se explican el porqué de mi posición y por ende opinión en cuanto a los acontecimientos y “pseudomovimientos” existentes en esta política criolla guatemalense.

Prefiero sentarme a debatir con alguien de derecha porque sé a que me enfrento, -que espero de ese alguien-, que con alguno de los erróneamente o por usurpación denominados de “izquierda” porque con alguien REALMENTE de izquierda según mi definición de izquierda, no debatiría,… concordaría, coincidiría.

Actualmente la autollamada izquierda guatemalteca, se arroga esa posición y no es más que un peón para llevar a cabo -usando palabras propias de las políticas neoliberales de despojo y privatización-, el plan de Revitalización oligárquico, buscando su supervivencia económica enarbolando la falsa bandera del progresismo políticamente correcto, socialmente aceptable, ahora que no les es suficiente y “rentable” solo la sucesión eleccionaria, para seguir parasitando de la “ubre” estatal, de la cooperación internacional o de “Fundaciones” transnacionales, -constituyendo la hidatidosis de la democracia-, abogan por los gobiernos de transición, los “golpes de estado suaves” o la defenestración.

Estos grupos que aparte de discuerdos al momento de la repartición de cuotas de poder o puestos de elección , también están descuerdos desde la “ofensiva criminal represiva” de los años ochenta; buscan “lavarle la cara” al empresariado especulador, criminal, voraz, para que los inserten en el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte y así obtener las migajas que les permiten –“magnánimamente”- recoger bajo la mesa y sentirse halagados de que les estrechen la mano para la foto, poder “subirla al feis”, o salir entrevistado según el guión dictado y conservar la visa.

Se debe entender que ahora buscan “legitimar” la intención y búsqueda de la “restauración” total del poder oligárquico, por otros medios -ya que temen que la manipulación se les salga de control y se repliquen los ejemplos de soberanía dados en el Cono Sur, léase Ecuador, Bolivia, Uruguay, Venezuela, y en su momento Argentina y Brasil- a través de la llamada “lucha contra la corrupción” que es un síntoma, un efecto de una causa que no se ataca, -que es el sistema basado en la exclusión, la desigualdad, los privilegios las canonjías-, que solo se intentó enfrentar durante la “Primavera Democrática” de 1945 a 1954 durante los gobiernos del Dr. Juan José Arévalo Bermejo y del Coronel Juan Jacobo Árbenz Guzmán y después con el intento de desarrollar la guerra popular revolucionaria que fracasó por causa de la delación, traición, “arribismo” de muchos “vividores” que vieron en la supuesta colaboración con la Guerrilla un escalón para alcanzar sus viles objetivos de alcanzar a “vivir” como la clase dominante que querían “derrocar”.

A esto me refiero al ver al nieto de un agiotista presentar amparos “contra” el Presidente de la República, sea quien sea el Presidente y a la hija de un delator cobarde, que vive de la cooperación internacional y de la extorsión ministerial presentar un antejuicio, arrogándose la representación de la llamada “Sociedad Civil”.

Gentuza que ayer vitoreaba y adulaba a arzú y que hoy despotrica contra él.

Por eso mejor riámonos, leamos, y como dice el Cachirris, “no le barrí el patio de atrás… de todos modos el aire lo regresa… y queda como que no hubiera hecho nada”.

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