Raymond J. Wennier

Siguiendo a los últimos artículos escritos, es lógico abordar el tema de cuál es el nuevo papel del maestro en esta época cambiante, relacionada al proceso educativo.

El papel preinformático del maestro fue ser “el director de orquesta” o sea el actor principal, preparado para dar información a los alumnos. Las fuentes de información fueron los libros de texto impresos en años anteriores, las instrucciones del maestro de qué hacer con la información, las bibliotecas también, libros ya de años atrás, con datos no actualizados y entrevistar a personas de la tercera edad y así pasar la cultura de una generación a otra. El acceso a la información era más escaso y no al día.

Ahora que tenemos acceso rápido a la información por medio de la tecnología, lo que se llamó hace pocos años, era informática, ¿cuál es el papel del maestro?

Hay varias consecuencias al hecho de tener mayor acceso y que pueden ser un “overload” de información; cómo deben aprender y entender como escoger bien entre la información correcta y la superflua. ¿Cómo trabajar esa información utilizando los nuevos medios tecnológicos para su mejor utilización en la resolución de problemas?

Solamente esas pocas consecuencias, nos muestran la necesidad de repensar cuál es el papel del maestro en esta época.

¿Cuál es ese papel? La realidad de las cosas, es que probablemente los alumnos saben más sobre un tema que el mismo maestro porque la tecnología es de mayor interés e importancia para el alumno.

Entonces, el modelo de “Diseño para la vida”, con un “Diseño temático”, responde a esa realidad.

El mayor papel del maestro ahora, es enfatizar en la planificación, no para dar clases sino para ayudar al alumno a mantenerse “on track” en los proyectos (temas) que el alumno escoja realizar.

El maestro debe estructurar nuevos ambientes que van desde los arreglos físicos para trabajar individualmente o en equipo en investigaciones, el uso de computadoras, de celulares inteligentes, experiencias educativas fuera del establecimiento y otras globales según las necesidades en un momento dado para trabajar mejor un tema.

El maestro no puede ser experto en todas las disciplinas académicas pero sí puede tener el dominio de técnicas para realizar investigaciones. Eso sí, debe enseñarlas a los alumnos para proveerles las herramientas necesarias para hacer su propia investigación.

Cada vez más, el maestro tiene que ser experto en saber estimular el pensamiento crítico y creativo de los alumnos por medio de la formulación de buenas preguntas sobre los temas trabajados. Tiene que volverse experto en entender cómo aprende el ser humano. Es decir ser “neuro educador”. Tiene que demostrar a sus alumnos cómo integrar las “habilidades netamente humanas” al trabajo de los temas, incluyendo valores como respeto, honestidad, empatía y otros.

El nuevo maestro prepara a los alumnos para utilizar formas diferentes y variadas para que puedan demostrar abiertamente, evaluar sus conocimientos sobre el tema y poder explicar el proceso que siguieron.

Por último pero realmente primero, el maestro tiene que conocer mejor a cada alumno para poder aconsejarlo a cómo asumir la responsabilidad de su propio proceso en el aprendizaje.

Este nuevo papel del maestro, permite que haya más significado y relevancia en la educación hacia el “Diseño para la vida” con un “Diseño temático”.

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