Roberto Arias

Invitado por una digna familia guatemalteca, cenamos en un excelente restaurante ubicado en Fontabella de la zona 10. Después de la cena caminamos un poco por ese centro comercial y fuimos a saborear un postre frío, según me sugirieron mis amigos, quienes recurrentemente van a cenar por esos lados y no se les olvida la escapada a paladear el postre frío que originalmente conocieron en Roma.

El postre frío al que me llevaron a conocer y saborear se llama gelato. Esto en italiano quiere decir helado. El gelato es algo tan exquisito que no puede compararse con lo que nosotros conocemos como helado en Guatemala. Es algo frío y con sabores extravagantes y maravillosos, realmente fuera de lo conocido. El lugar a donde fuimos se llama “Gelato Primo de Roma” y tuve la curiosidad de conocer los orígenes de este exquisito postre.

Investigando en Internet me llevé una enorme sorpresa al conocer que lo que ahora conocemos como “helado”, tiene sus orígenes en Egipto y después pasó a Italia, quien lo dio a conocer al mundo, especialmente como gelato.

De internet: “La historia del gelato se remonta a los postres helados servidos en Sicilia, antigua Roma y Egipto, que se elaboraban con hielo y nieve traídos de cimas montañosas y conservados bajo tierra. Más recientemente el gelato aparecía en los banquetes de la corte de los Médici en Florencia. De hecho, se dice que el cocinero florentino Bernardo Buontalenti inventó los helados modernos en 1565, cuando presentó su receta y sus innovadores técnicas de refrigeración a Catalina de Médici, quien a su vez exportó la novedad a Francia, donde en 1686 el pescador siciliano Francesco Procopio dei Coltelli perfeccionó la primera máquina heladera.

Sin embargo, la popularidad del gelato entre el público general no creció hasta los años 1920 y 1930, cuando en la ciudad de Varese, al norte de Italia, desarrolló el primer carrito de helados.” (sic)

Los helados en tiempos antiguos se elaboraban con el hielo y la nieve que se extraía de las cimas de las cumbres nevadas y que se conservaba en tierras bajas enterrándolos en el suelo. Donde el gelato italiano cobró más renombre fue en la corte de los Médici en Florencia gracias al descubrimiento de su cocinero florentino.

Este cocinero es considerado por muchos historiadores como el creador del helado moderno. En el año de 1565 presentó a Catalina de Médici su receta de gelato, pero también las innovadoras técnicas de refrigeración que había desarrollado para conservar este exquisito postre.

Descubrió que la mezcla del nitrato de etilo con la nieve producía temperaturas muy bajas, lo que ayudaba a la conservación de este alimento. Gracias a este hallazgo, Catalina de Médici pudo exportar los gelatos italianos a la corte francesa, guardando con celo las recetas. Con el paso del tiempo los franceses añadieron huevo a la mezcla del helado y una nieta de Catalina, que contrajo matrimonio con un príncipe inglés, fue la encargada de llevar este postre italiano a Inglaterra.

Artículo anteriorLa fiscal Thelma Aldana merece la reelección
Artículo siguienteEmbajador de Suecia Georg Andrén recibe Orden del Quetzal