Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Cada semana, después de la transmisión del programa Opiniones que todos los domingos conduzco por Emisoras Unidas de Guatemala, hago un análisis de los temas tratados en el mismo, por lo que puedo asegurar que los reclamos que los oyentes le hacen por promesas incumplidas al presidente Jimmy Morales después de año y medio de su gobierno, son sistemáticamente repetitivos. La lista es bien larga, cuyos aspectos más relevantes trataré de resumir a continuación, aclarando que los otros que los lectores seguramente desearán señalar, no es que haya olvidado citarlos, sino que los omití por razones de espacio.

Mal estado de la infraestructura del país: el reclamo fue creciendo hasta llegar a la exigencia perentoria de su recuperación debido a las cuantiosas pérdidas que vienen representando para los contribuyentes pero, a pesar de su gran importancia, la inseguridad del Puente Belice ha superado la insatisfacción, advirtiéndole al primer mandatario que las consecuencias derivadas de su descuido caerán directamente sobre él, pues es responsabilidad de su despacho, aunque las funciones de la solución de los problemas de infraestructura las delegue en uno o más miembros de su Gabinete.

Deficitarios programas de Salud y Bienestar Social: Es obvio que lo acontecido en los centros en donde se alojan a integrantes de ambos sexos en procura de su pronta reintegración a la sociedad o para la recuperación de su salud han demostrado el abandono y mal manejo de sus programas, causando en nuestra sociedad diversos perjuicios en su vida diaria, lo que ha traído como consecuencia la exigencia para encontrar soluciones que radicalmente cambien la deplorable situación en la que hoy se encuentran.

Incapacidad para combatir eficazmente a la delincuencia: no hay día que nuestra sociedad no se conmocione por diversos hechos que, sin importar situación geográfica, niveles socioeconómicos o tipos de delitos, ocurren sin que las autoridades encargadas de prevenirlos o combatirlos se distingan por su prontitud o eficacia, lo que se complica todavía más con el aumento de casos pendientes de captura por corrupción, procesados oportunamente por el MP y la CICIG.

Mal manejo de los recursos públicos: Sea por la pobre ejecución presupuestaria gubernamental; la incapacidad de incrementar la recaudación tributaria en puertos y aduanas; incontables casos de corrupción que siguen apareciendo por doquier o por la insistencia de tratar de evadir controles, como una transparente administración de los mismos. El ciudadano cada día que pasa se siente más frustrado, decepcionado e inconforme con el estado de cosas que le impiden apreciar el progreso y lograr un mejor porvenir. De ahí nace la pregunta que invariablemente nos hacemos todos: ¿A qué se debe tanta deficiencia, será por haraganería, incapacidad o negligencia?

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