Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

«No siempre podemos construir el futuro de nuestra juventud, pero podemos construir nuestros jóvenes para el futuro».
Franklin D. Roosevelt

Existen muchos factores humanos, intrínsecamente responsables de lo que sucede en las Gaviotas cada dos por tres, uno de ellos es la irresponsabilidad tanto paterna como materna.

Veamos, existen infinidad de supuestos hombres, que creen aun en pleno 2017, que mientras más mujeres e hijos tengan, más ombres (sí, sin h) son, no les importa si conquistan hasta a la escoba, si con eso son ante los demás más machos.

La otra cara de la moneda, son las mujeres que sin importar posición económica o social, cuando observan que el sujeto de sus desvelos se aleja, buscando nuevos amores, se piensan que con embarazarse, ellos volverán más entusiasmados que nunca, o aquellas que se piensan que cada hombre que se cruza por sus caminos es el príncipe azul, pero que, además, les sacará como por arte de magia de sus angustian, sean estas económicas o emocionales, nada más lejos de la realidad, el hombre por naturaleza estará con quien quiera estar, no les ata a nadie nada, más que un sentimiento verdadero hacia una mujer, si este no nace, no existe, nada les retiene, ni uno, ni mil hijos, para la mayoría, los hijos son consecuencia de un acto, entre el amor y el placer, la mayoría piensan que primero, aman a los hijos porque son de la mujer que aman, y después, aman a las madres porque los son, de los hijos que aman, así de complejos son para la mayoría de las mujeres.

Por otro lado se encuentra el Gobierno, tan falto de políticas públicas de prevención, educación y concientización de que cada quien es dueño de su cuerpo, pero nadie le da la potestad a ser humano alguno, de destruir una vida que aún no existe.

La sexualidad es propia de todo ser vivo, animal, vegetal y humano, es intrínseca del mismo, es tan fisiológica como el comer, lo importante es practicarla con madurez, y con el raciocinio suficiente para que un momento como este, tenga consecuencias irreparables, más para el nonato que para los demás seres humanos que se encuentran dentro de ámbito espacial y de relaciones.

Viene a colación lo anterior, porque la falta de conciencia, precisamente tiene como consecuencias, el que seres humanos vengan al mundo a crear más problemas debido al rechazo de una sociedad que desde antes de nacer les ha repudiado.

¿Qué sucede con un ser humano que nace y vive en una sociedad que le desprecia? Pues devuelve lo mismo, y ese es uno de los grandes problemas de los internos de Las Gaviotas, que son la consecuencia del sus propias circunstancias, y al ser negativas, responden de la misma forma, quien recibe violencia, responde con violencia.

La falta de políticas públicas, relacionadas a una sexualidad responsable, y a pensamientos retrógrados, como el pensar que un niño va a cambiar a un hombre, o que debido a este acto se quedará con quien no ama, así como que el que tiene más mujeres e hijos es más macho, tiene como consecuencia, una sociedad como la que vivimos, con una sobrepoblación de seres violentos que responden con más violencia, de la que han recibido, y sigue el circulo vicioso, del que debemos salir como sociedad en general, pero que depende de todos y todas, así como de quienes se encuentra en las esferas públicas de poder.

Así que si de algo somos todos culpables, es precisamente de no exigir al Gobierno que implemente políticas en forma inmediata, para hacer conciencia y que sea parte innata del ser humano tanto la paternidad como la maternidad responsables, naturalmente que es crear una cultura desde la niñez, a ser responsables de nuestros actos, principiando con los que tienen consecuencias irreparables.

Lugares como Las Gaviotas existen porque la sociedad en general los fomenta por acciones y omisiones más que irresponsables, el que no comprende de que sus acciones u omisiones pueden ser cambiadas, vivirá siempre en el error, y ese error dañará a la humanidad en general.

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