Jesús Abalcázar López
jesus.abalcazar@gmail.com

A pesar de la adversidad que le tocó enfrentar, cuando decidió empezar a buscar su destino y echarse el saco sobre el hombro, para dejar el nido familiar y el suelo patrio, los esfuerzos realizados por alcanzar el triunfo, debido a su carácter indómito y su tenacidad sin límites, le permitieron alcanzar la gloria.

El público que hoy en día lo reconoce como uno de los grandes en el firmamento artístico latinoamericano y mundial, van en aumento “y todos los fans” que ha ganado, lo siguen con absoluta fidelidad, y, en vez de disminuir o detenerse, ese público que lo sigue, se mantiene y aumenta, porque el mensaje de su voz y el profundo contenido humano de las letras de sus canciones, lo retratan como un auténtico cantautor, porque escribe con talento y con pensamiento realista, pero también canta con emoción y sentimiento. Nuestro paisano Ricardo Arjona es ya un ícono en el ámbito internacional y un orgullo, a nivel nacional. No por algo es que fue condecorado con la Orden del Quetzal, la máxima distinción nacional.

Y es que el ascenso a la fama de Ricardo Arjona no fue meteórico, sino que, todo lo contrario, se lo fue ganando a puro pulso, entre engaños y menosprecios, con el dar, el paso por paso, con el esfuerzo de subir el graderío de grada en grada, pero eso sí, siempre “puro chapín”, luchando contra la adversidad, contra los codazos de los colegas cantantes, empresarios y las disqueras, luchando contra la envidia y el egoísmo que lo acosó, negándole las oportunidades que, desde el principio, gracias a Dios se fue ganando. Pero eso sí, siguió adelante, sin desmayar y ahora es un Titán en el Arte de la Canción Mundial, como lo prueban sus giras por Argentina, México, Chile, Estados Unidos, Europa, Guatemala y otros países, donde deleita al público con sus canciones, que brotan de sus labios, junto con un torrente de emoción y donde han quedado plasmados sus muy nobles sentimientos humanos, que corresponden la realidad que se vive y se sufre, cada día y que se encuentran en cada verso inspirado en una idea concreta, en el ritmo de su música y en la inflexión de su voz, cuyo resultado está en la creación de su estilo único y en la energía de su inspiración.

Pero recordemos la canción éxito, que abrió las puertas de la fama “a nuestro gran chapín”. El hombre que nació en Guatemala, donde inició su camino, con el resultado ya conocido de que aquí no se logra llegar a ningún buen resultado, porque el arte no es prioridad de Estado. Ya cuando emigró a México, surgió la creación de una afortunada canción, esta canción la tituló: Detrás de mi ventana. Con la producción en la mano, se acercó, primero a Lupita D´Alessio, a quien, inexplicablemente, no le pareció “quizá no le pareció con futuro esta canción”, o sea que no le gustó a la muy encumbrada cantante. Digo,… porque eso no se hace, máxime con un joven valor, que se encontraba luchando en la llanura. ¡Pero… siempre hay un pero!, porque, entonces, se la dio a Yuri, quien para que la crecida D´Alessio, recibiera una fuerte, inolvidable y merecida lección, Yuri, obtuvo un triunfo rotundo con la canción “Detrás de mi ventana”, de Ricardo Arjona y por supuesto que también obtuvo mucho dinero (qué cosas las de la vida… no creen). Lamentablemente no fue suficiente el espacio, para abarcar otros aspectos, referentes a una Crónica sobre el Tema de Nuestro Gran Chapín, Ricardo Arjona, por lo que hoy, finalizamos con una palabra mágica: “CONTINUARÁ”.

Artículo anteriorMineduc ¿al servicio de quién?
Artículo siguienteLa niñez que trabaja, limita su futuro