Lo que se sabía desde hace muchos meses se convirtió en realidad ayer, cuando se presentó oficialmente desde Estados Unidos la solicitud de extradición de la exvicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti Elías quien, además, se encuentra sometida a varios procesos en Guatemala, lo que podría entenderse como una abierta posibilidad de que quien fuera mujer poderosa hace poco más de dos años, no vuelva a gozar de la libertad, posiblemente, por muchas décadas.

El caso de Baldetti está relacionado con la ya condenada narcotraficante Marllory Chacón, durante cuyo proceso se supo que había delatado a la entonces funcionaria guatemalteca. El caso es que la misma Corte Federal que juzgó a la señora Chacón es la que pidió la extradición que ayer fue ya formalmente solicitada por los canales oficiales.

La señora Baldetti fue la primera mujer en la historia del país en ocupar el cargo de Vicepresidenta y en varias ocasiones ejerció la Presidencia de la República cuando Otto Pérez Molina salía del país. Sin embargo, ese mérito que inicialmente se consideró como un triunfo para las mujeres, terminó siendo pisoteado por la forma arrogante y cínica en la que ejerció esa alta investidura y por la manera en que aprovechó el poder para hacer negocios millonarios, literalmente hablando, para beneficio suyo y de su familia. De hecho, se tiene que reconocer que en el gobierno del partido Patriota fue ella quien de verdad mandó porque el mismo Presidente estaba sometido a sus caprichos, lo que hizo que fueran una mancuerna que cualquier Junta de Honor tendría que haber repudiado por los efectos perversos de su actuación.

La apuesta de los Patriotas está en que pase el tiempo y se vaya diluyendo su caso en medio de la indiferencia ciudadana para que un sistema de justicia sin modificaciones ni reformas termine haciendo aquello para lo que fue integrado por las Comisiones de Postulación, es decir, para impedir el juicio justo y el castigo correspondiente para los delincuentes que se dedican a saquear al país.

Obviamente, con esta nueva acción en contra de Baldetti, para su caso concreto ya no opera aquella apuesta porque ella deberá enfrentar, tarde o temprano, a la justicia norteamericana que no es tan susceptible de manipulaciones como la nuestra.

Mala noticia para la exvicepresidenta, pero muy buena noticia para quienes creemos que la impunidad debe terminar para sentar los precedentes necesarios de manera que se pueda erradicar en nuestro país esa tendencia a burlarse de la ley para facilitar el saqueo del erario nacional. Aún con la defensa que los corruptos están haciendo del sistema de justicia, Baldetti no percibirá el beneficio.

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