MarcoTulio Trejo Paiz

La violencia que cobra víctimas entre hombres, mujeres y niños, en vez de menguar va en aumento en NUESTRA metrópoli capitalina y en el resto del país.

El Gobierno ha sido capaz de frenar esa situación que afecta la vida de la población y detiene en varios aspectos el avance de progreso del país.

Los altos funcionarios del poder público succionando las ubres de la vaca lechera se han preocupado de enriquecerse a voluntad o gusto sin preocuparse de combatir con efectividad la criminalidad que está provocando un reguero de sangre.

Es plausible lo dispuesto por las municipalidades de Mixco, San Miguel Petapa y Amatitlán, con el propósito de siquiera atenuar la terrible irrefrenable criminalidad.

Sin medias tintas, las corporaciones edilicias mencionadas, ante el sangriento acontecer delictivo, adoptaron medidas relacionadas con las ventas de licores. Han prohibido a las tiendas vender licor y cerrar sus puertas a las 21 horas, a fin de reducir en lo posible el consumo de bebidas embriagantes.

Ya otros ayuntamientos de la república que quieren poner ¡un hasta aquí! al excesivo consumo de aguardiente que, en realidad, es un factor que suscita la comisión de lamentables hechos de sangre, aprovecharán el ejemplo.

Entre los individuos que se emborrachan al tomar excesivamente el licor, hay quienes han asesinado a los hijos, a sus padres, hermanos y amigos de farra. Un endemoniado sujeto llegó al extremo de descuartizar a su madre y ahora es digno de una condena judicial a perpetuidad.

Muchos son los casos criminales que espeluznan y horrorizan a las personas al enterarse a través de los medios de comunicación, especialmente de la televisión y de los periódicos respecto de los hechos de referencia, pero, menos mal, ahora hay tribunales del ramo penal que están imponiendo condenas drásticas como para vivir e incluso hasta morir, viendo la luz a cuadros en los centros penitenciarios.

Juan Pueblo, muy sensible, está inmerso en gran tristeza a causa de los individuos que van como a horcajadas en la peligrosa bestia de la criminalidad.

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