Isabel Pinillos – Puente Norte
ipinillos71@gmail.com

Para los migrantes en el extranjero, y especialmente en EE. UU., donde radica la gran mayoría, la crisis de pasaportes por la falta de libretas, afecta en diferentes maneras:

1. Más allá de una amarga situación de no poder viajar por placer o negocios, en el extranjero, el pasaporte se constituye en el único documento válido de identificación. Esto se hace más crítico cuando ni siquiera el servicio del DPI ha podido implementarse, ya que se estima que el Estado no ha logrado proveer dicha tarjeta ni a un 5% de la población migrante.

2. En el caso del guatemalteco indocumentado, el pasaporte puede ser la diferencia entre su permanencia en el país o su deportación. Esto trae adversidades profundas, como la separación familiar, el no poder proveer económicamente, la imposibilidad de estudio, etc. Esto se resume en: vivir tras las sombras.

3. En cuanto a la escasez de libretas, Cancillería advirtió que a la fecha, la mora en la entrega en el extranjero asciende a 85 mil pasaportes, y la Dirección General de Migración ofrece regularizar la situación hasta en mayo, con la llegada de 100 mil libretas. Sin embargo, esta medida únicamente resolvería los pasaportes que están pendientes de entregar hoy, pero no todas aquellas solicitudes que se generen, tanto en Guatemala como en el extranjero, ni el tiempo real en que pueden imprimirse las libretas.

4. Parte de la desesperación de los guatemaltecos en EE. UU. radica en la falta de claridad por parte del servicio exterior y sus consulados. Las personas no tienen control sobre las decisiones que afectan sus vidas por no tener información precisa.

Posibles soluciones:

1. Que el Minex y DGM lancen una campaña masiva a la población migrante en EE. UU., explicando el colapso del sistema de pasaportes. Las fechas que se ofrecen en radios guatemaltecos para normalizar el servicio deben asumirse como compromisos frontales. Esto permitiría que la gente pudiera tomar decisiones importantes. Ciertamente habría un golpe político, pero más vale un trago amargo, que continuar siendo opacos con los migrantes.

2. Para los migrantes que necesitan renovar desesperadamente ¿acaso no sería equitativo poner calcomanías a disposición, así como es en Guatemala?

3. A un corto plazo, que los consulados sean los encargados de la impresión de pasaportes, como lo hacen otros consulados, como los de México, El Salvador y Honduras. Esta es una vieja promesa de varios gobiernos de turno, pero se ha venido retrasando.

4. Se ha puesto atención a las fallas técnicas que generaron la crisis de pasaportes. Pero la realidad de fondo es que estos problemas persistirán toda vez que respondan al diseño de un sistema oscuro e instituciones como la DGM. El nuevo Código de Migración, aprobado el año pasado por el Congreso, eliminaba a la DGM e impulsaba todo un sistema migratorio para abordar la migración con un enfoque de derechos humanos, en cuenta, la solución definitiva a la entrega eficiente y transparente de pasaportes. Sin embargo, su vigencia está detenida por recursos dilatorios impulsados precisamente por el mismo Organismo Ejecutivo, y detenidos probablemente por intereses políticos en el Congreso.

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