Rolando Alfaro Arellano

En Guatemala todos los seres humanos son iguales en dignidad
y derechos.
Art. 4 de la Constitución Política

Interrumpo la serie de artículos a la que estamos acostumbrados, por la reciente tragedia ocurrida con la quema de las menores internas en el Centro de Rehabilitación que fuera del conocimiento público y que acaeciera hace dos semanas.

Sin embargo, la tragedia no se queda sola para el olvido, sino un constante recuerdo para las autoridades presentes y futuras, quienes deberán tomar conciencia de la enorme responsabilidad que poseen al aceptar la tarea de gobernar, por consiguiente, si no toman con ética y la fe de mejorar las condiciones sociales, económicas y cívicas, de los habitantes del territorio nacional, y a las que se comprometen según el voto popular, en los cargos para los que fueron electos, y en el futuro para sus anhelos de querer dirigir la Presidencia de la República con amor a la tierra que les cobija y consciente de que si no cumplen que el pueblo se los demande. Entonces se merecen el cargo de su elección.

En ese sentido, me uno a todos los consejos que por diversas vías se han publicado, y me permito sugerir lo siguiente:

Primero: De urgencia nacional deberán establecer las autoridades educativas, si en todos los niveles escolares, se imparten clases de moral y civismo. Ello, porque es del conocimiento público el grado de descomposición moral que a esos niveles impera.

Segundo: Actualizar la legislación nacional que se ha ido anquilosando gravemente y, por ello, irrespetando, en muchos ámbitos, la práctica jurídica.

Tercero: Mejorar el control sanitario a nivel nacional. Esto evitará epidemias y enfermedades comunes.

Cuarto. Que los señores encargados de legislar, actualicen las leyes ambientales que se encuentran en el olvido y que no solo corren el peligro que se sigan olvidando sino que con todo ello, pondrán en constante peligro a las presentes y nuevas generaciones de guatemaltecos. Y,

Quinto: Que los agentes de seguridad pública, Policía Nacional, de Tránsito y similares, sean mejor atendidos, especialmente en su formación educativa y económica, a efecto de que su nivel humano y de escolaridad sea acorde al trato moral y humano que deberán poseer para la tranquilidad ciudadana y mejorar la imagen que en la actualidad poseen a nivel nacional.

Finalmente, se espera que las anteriores recomendaciones, sean recibidas con la sinceridad de un ciudadano que en todos los ámbitos de su vida profesional y cívica, ha servido y quiere que el país sea bien visto por propios y extraños, sus tradiciones y bellos paisajes.

Ojalá que al final de cuentas, Guatemala siga siendo como lo expresara nuestro Premio Nobel de Literatura, Flor de Pascua en la Cintura de América.

Artículo anterior“Con capucha o sin capucha…”
Artículo siguienteOJO a las mafias en el Congreso