Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En Guatemala es costumbre que los sectores y las personas que buscan ejercer el poder, convencer al mismo que les otorgue su beneplácito, su apoyo, su anuencia, se manifiesten en los medios de prensa a través de campos pagados o de conferencias de prensa.

Sin embargo, esas manifestaciones aunque son legales no son gratuitas y quienes tenemos la experiencia de haber sido dirigentes políticos o dirigentes empresariales, sabemos que esas acciones tienen fines específicos y concretos.

En una época, dice la historia, cuando el mandatario le preguntó a su mejor amigo cuál era el puesto que en su gobierno deseaba desempeñar, la respuesta fue: ninguno. Me basta y es suficiente que me permitas aparecer a tu lado acompañándote en la carroza en que te transportas de tu casa a la sede de gobierno, dos veces a la semana; ese hecho le enviará el mensaje a todo el mundo que soy tu amigo, que cuento con tu confianza; por consiguiente, como abogado que soy, puedo plantearte cualquier asunto que se me encomiende con muchas probabilidades de éxito.

Un hecho similar es cuando se pide o se pregunta con toda premeditación al Presidente de la República o al Vicepresidente, si ellos apoyan a alguna persona en específico y si están de acuerdo con su proceder, con su actuar. La pregunta es como un dardo cargado y si el Presidente o Vicepresidente no la saben responder quedan comprometidos para bien o para mal ante la opinión pública.

Periodistas le preguntaron recientemente al presidente Jimmy Morales si apoya la gestión del comisionado de la CICIG y atinadamente el Presidente respondió que él no ejerce o manifiesta públicamente apoyos a favor de nadie; que inclusive no efectuó ninguna acción o apoyo público a favor de su hijo o de su hermano, cuando los mismos fueron sindicados de ser posibles responsables de un hecho delictivo.

¿Cuál es la razón por la que se están produciendo en el extranjero tantas manifestaciones a favor del comisionado de la CICIG o de la Fiscal General?  Es eso normal o como dice la expresión, ¿cuál es el gato encerrado que hace necesario que funcionarios extranjeros o que personas en el ámbito internacional se manifiesten en apoyo al respecto?

El mandato y la responsabilidad del Comisionado de CICIG es claro, está contenido en el acuerdo que Naciones Unidas y el gobierno de Guatemala suscribieron, igualmente el mandato del Fiscal General está contenido en la ley. El Presidente de la República igual que el Vicepresidente, deben respetar ambos mandatos y por lo tanto cualquier manifestación a favor o en contra es de hecho una intervención.

El Procurador de los Derechos Humanos que está a punto de terminar su período es alguien que también debe comprender cuales son los límites, los deberes y derechos de su mandato y aceptar que su nombramiento fue una muestra de lo que pensaba el presidente Otto Pérez Molina; que su gestión como procurador ha sido tibia, mucho más tibia de lo que fueron las gestiones de su padre Ramiro de León y que, por consiguiente, no puede usar esa gestión para candidatearse o promoverse a un puesto público de elección popular.

¡Guatemala es primero!

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