Gladys Monterroso
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«Lo peor en este mundo, después de la anarquía, es el gobierno.»
Hernry Ward Beecher

No he logrado aún comprender cómo el Alcalde de la ciudad capital ha sido reelegido tantos periodos, cuando vivo, veo y leo sobre sus desaciertos relacionados a un elemento de suyo importante para sanidad mental de una persona, como lo es, aunque parezca poco, importante: El tráfico, cada día se hace más difícil trasladarse de un lugar a otro, las horas pico se han reducido cada vez más, lo que es lo mismo cualquier hora puede ser pico.

Naturalmente, la falta de políticas a largo plazo, tomando en cuenta que cada año hay más vehículos en el país, la falta de servicio de transporte público, porque el que existe no lo es, soluciones cortoplacistas tanto a nivel gubernamental como municipal, han dado como resultado una ciudad totalmente obstruida, nos encontramos atrapados diariamente en el tráfico, prueba que no ha evolucionado en lo más mínimo la administración del municipio, ni de los aledaños.

La experiencia de todos estos años bajo la misma administración, no ha servido de nada, ya que la Municipalidad se ha centrado en estrechar calles, sembrar flores, y construir pasos a desnivel el 90% innecesarios, como ha quedado probado en varios de ellos un efecto contraproducente, ya que donde el tráfico era fluido un paso a desnivel lo ha convertido en un caos.

Mientras en otras ciudades, las autoridades con mejor criterio que las nuestras, han encontrado soluciones más efectivas como el metro subterráneo, pasos elevados, y otras formas de apoyar a transeúntes y conductores, en nuestro entorno, no solamente el Alcalde no ha solucionado uno de los tantos problemas, que le compete solucionar, sino que contrario a lo esperado sus medidas han empeorado un aspecto de suma importancia para el desarrollo de cualquier ciudad, la viabilidad de la movilización de sus vecinos, en nuestro caso no existen soluciones concretas, contrario de nuestras necesidades se cierran arterias importantes, se crea una Policía Nacional de Tránsito, cuyo presupuesto está asentado sobre las multas que impongan a los pilotos automovilistas.

Es necesario que las autoridades municipales nos dejen como legado no florecitas y mini parques, a los que nadie llega, porque son solamente un distractor para hacer sentir a extraños que se ha trabajado, pero no es así, el trabajo municipal no se ve ni se siente, parecemos unos ingenuos dependiendo de un gobierno municipal, que no ha cumplido con sus promesas de campaña durante varias elecciones ya.

Veamos ¿Dónde está la Ciudad del Futuro? En la que vivimos actualmente, si a esto se le puede considerar futuro, pues el nuestro no es muy halagüeño, somos poco menos que un pueblón, con necesidades de una ciudad del siglo XXI, en el que a una hora especifica en determinados espacios, un automovilista puede estar hasta una hora para caminar dos cuadras, sí señor, dos cuadras, si no lo cree vaya a la zona 10, en la 13 calle entre Avenida La Reforma y 3ª. calle, a la cinco de la tarde, no hay forma de salir de ese embudo, en el que se convierte esta zona tan importante, lo mismo sucede en el inicio de Carretera al Salvador al terminar zona 10, el mismo infierno se vive en la Roosevelt antes de llegar a Mixco, y bueno, son incontables los focos de obstrucción que convierten a la ciudad en un caos.

Es por lo tanto necesario que el actual Alcalde de la ciudad capital, reflexione sobre el legado que dejará, tanto a la ciudad como al país que lo hizo Presidente y Alcalde, ¿Será señalamientos de corrupción a más no poder? ¿Será el próximo en engrosar las filas de los acusados por diversos delitos? Recordemos que los amparos se resolverán en algún momento, y el negocio del Transurbano no ha sido esclarecido.

El tiempo le está pasando factura y las mismas se pagan, de una u otra forma, la etapa en la alcaldía se termina, y los resultados suman más negativos que positivos, mucho más.

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