Alfredo Saavedra

La semana pasada se dio a conocer el descubrimiento de un sistema de siete planetas que orbitan alrededor de la estrella bautizada con el nombre de Trappist-1 por  astrónomos del observatorio internacional en Chile, quienes afirman que por lo menos tres de esas esferas siderales, con el nombre de exoplanetas, tienen dimensiones iguales a la Tierra y están dentro de una zona habitable que hace suponer la existencia de agua, necesaria para la sobrevivencia humana, con lo que se haría realidad la conjetura del científico Steven Hawkins, de poder continuar la vida humana en otra latitud del Universo.

Lo anterior conforme reporte del mencionado observatorio que, bajo la dirección del astrónomo Michael Gillon, de la universidad Liege, de Bélgica, dispone de potentes telescopios para la exploración del espacio. La tesis para la mudanza de la humanidad hacia otro lugar del Universo se basa en el criterio de que nuestro planeta está en permanente deterioro, con la convicción de los científicos de que más temprano que tarde, podrá desaparecer, independiente de un riesgo inevitable por desorden estelar, que lo mismo puede ocurrir en cualquier momento que dentro de millones de años, que por deterioro por efectos de la naturaleza o responsabilidad humana. Deterioro sustentado por los ambientalistas que reclaman una toma de conciencia sobre los efectos adversos del cambio de clima, pero también porque la humanidad va en rápido camino hacia su propia destrucción por los conflictos bélicos, las epidemias con enfermedades sin curación, las hambrunas sin remediar, la delincuencia derivada por la pobreza y el crimen organizado por el tráfico de drogas.

Eso último es señalado con mayor presencia en Latinoamérica, con intensidad en la región de México y el Triángulo del Norte en Centroamérica, formado por Honduras, El Salvador y Guatemala, afirmando que es Honduras el país con más elevados índices de criminalidad que lo convierte en el territorio más peligroso en el mundo de acuerdo con reportaje de la corresponsal en el área, periodista Marina Jiménez, publicado en el prestigiado diario canadiense Toronto Star, a mediados de la semana pasada.

El científico Hawking y otros investigadores, creen que hacia el año 2050 se habrá establecido contacto con otras civilizaciones en el Universo, en un asombroso fenómeno de comunicación que abrirá posibilidades de conocer su origen y también para determinare si la creación en su totalidad ha sido espontánea como lo postula el mencionado sabio, producto de un proceso circular infinito o resultado de un “diseño Inteligente” como lo especula la metafísica. En ese contexto también se establecerá la veracidad de lo declarado por el astronauta ruso Yuri Gagarin, quien a su retorno en el primer viaje del hombre al espacio, los periodistas que lo entrevistaron le preguntaron si había visto a Dios en la inmensidad del cielo, y el astronauta respondió de forma categórica: “Sí, lo vi y me pidió que les informara que… no existe”. (Cita tomada del libro “El perfecto ateo”).

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