Fernando Mollinedo C.

NO, no me referiré a los sucios políticos que a puro huevo hacen negocios ilícitos o lícitos pero inmorales. Lo que abordo hoy, es un tema que en todo el país tiene presencia negativa; se trata de la poca o nula cultura en relación al tratamiento de la basura, ya sea en forma particular, domiciliar e institucional que mantiene el país en pésimas condiciones de salubridad.

Los miles de basureros clandestinos que existen en las ciudades, pueblos, aldeas, caseríos y rancherías no aparecen por sí mismos, no son creados como esporas; son personas quienes llegan a depositar su basura por diferentes motivos: porque no tienen dinero para pagar su extracción, son excesivamente huevones para llevarla a los basureros municipales o bien porque piensan que las municipalidades tienen la harta obligación de hacerlo por ellos.

Las consecuencias sociales de esta costumbre antihigiénica son bastante graves porque, aparte de la pestilencia por la descomposición de toda clase de alimentos, frutas y otras variedades de artículos perecederos; el amontonamiento y contaminación ambiental son los motivos directos de enfermedades. Los basureros clandestinos son el resultado de la educación popular al respecto, es decir: NM, lo que es igual a Nada Más.

La Historia de Guatemala nos muestra que los guatemaltecos aborígenes y conquistadores con sus descendientes hasta hoy adolecen de costumbres sanitarias que les proporcionaran una mejor clase de vida; recordamos el término “aguas” que era cuando las amas de casa tiraban a la calle los orines de las bacinicas y decían “aguas” para indicar a los transeúntes de las banquetas que pararan el paso o se iban con un baño de bishes encima, lo anterior lo documenta en su obra “Guatemala” editado en Florencia, 1895 del autor Tomás Caivano.

La infaltable presencia de los zopilotes en los patios traseros de las casas, los cerdos, gallinas y demás aves de corral terminaban de limpiar los desechos: lo que queda después de haber escogido lo mejor y más útil de una cosa que, por usada o por cualquier otra razón ya no sirve. Residuo, basura.

Después de las ventas de Navidad, Año Nuevo, Semana Santa, desfiles, conciertos, manifestaciones o jolgorios y chupacoas en la calle, los hijos de vecinos dejan tal cúmulo de basura que pareciera que pasó un huracán; ello denota que la población no tiene la cultura de la limpieza y menos de higiene; un ejemplo de ello es la gran cantidad de basura que echan en los tragantes y después protestan porque se anegan las calles y avenidas cuando llovizna o llueve acusando a las municipalidades de su falta de limpieza.

Es cierto que las munis no limpian los tragantes, cunetas, veredas, quebradas y lugares por donde corre el agua pluvial; esto aunado a la incultura social provoca atascos, accidentes, retrasos, inconvenientes y mil problemas más. Municipalidades y población ¿Cuándo iniciarán un cambio de conducta de limpieza e higiene para beneficio social? ¿Cuándo los comerciantes, industriales y población dejarán de contaminar los ríos y lagos para evitar que se conviertan en cloacas pestilentes?

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