Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Vivimos una época de delirios que se suceden a velocidad espeluznante, especialmente en Washington donde el divorcio con la realidad hace que el ejercicio del poder se convierta en un “reality show” en el que cada hora hay noticias. Pero acá no nos quedamos atrás, porque evidentemente el ejercicio abusivo del poder ha embrutecido a quienes lo ostentan y si no, basta con ver el comportamiento de la aún magistrada Blanca Stalling, al disfrazarse como si fuera un personaje del “Chavo del Ocho” para evadir la acción de la justicia.

Pero lo peor fue cuando dijo que ella es como Nelson Mandela quien fue a prisión y 25 años más tarde salió de la cárcel para ser encumbrado a la Presidencia de Sudáfrica. La simple comparación resulta estúpida, pero es además cínica y ofensiva porque no se puede comparar la causa por la que Mandela terminó en la cárcel y la que llevó a Stalling a pasar su primera noche en el Zavala. El líder sudafricano fue apresado por su inquebrantable postura en la lucha por los derechos de su pueblo y el repudio a la segregación grosera que sufría la población negra a manos de una minoría blanca que se sentía y era, en la práctica, dueña del país.

Jamás fue señalado de tramposo, de usar su enorme poder popular para su beneficio ni de traficar influencias de ningún tipo. Mandela no fue a la cárcel por ser un delincuente, sino por el castigo del gobierno ante su vigoroso empeño de terminar con el Apartheid que convertía a la población de color en meros objetos, carentes no solo de derechos sino hasta de la dignidad propia de todo ser humano.

Mandela, además, no se escondió tras una burda peluca para querer evadir la acción policial en su contra, sino que con toda hidalguía soportó el inmoral castigo en su contra y fue esa entereza la que hizo que creciera el movimiento contra la opresión.

Stalling alega que la CICIG y el Ministerio Público están cooptando al sistema de justicia, en una declaración más cínica aún que la de compararse con Mandela. Si alguien no tiene boca con qué hablar sobre cooptación de la justicia es ella que ha navegado en las procelosas aguas de las Comisiones de Postulación por años y que sabe cómo es que fue incluida en la lista final. Ella sabe el porqué obtuvo unanimidad de votos en la postuladora y los postuladores que votaron por ella deben ser identificados para que la ciudadanía conozca quienes fueron los que tuvieron los faroles de enviar a la Corte Suprema de Justicia a un personaje de tan baja calaña.

Sostengo que Stalling es, como Baldetti, el rostro más repudiado de la corrupción y el cinismo. En sus delirios, ambas creen que pueden seguirse burlando de la población con sus estupideces que pretenden ser cínicas, pero que terminan generando una animadversión que pocas veces muestra nuestra sociedad aún contra los más pícaros. Porque aquí, donde fácilmente se perdona al ladrón porque se le acoge como nuevo rico, no es común ese repudio, pero ambas, de verdad, se lo han ganado a pulso.

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