Francisco Cáceres Barrios

Me siguen asombrando los guatemaltecos que viendo venir la tempestad no se arrodillan, pues mientras leo artículos, escucho comentarios o presencio discusiones sobre los jinetes de la apocalipsis que para muchos representa la llegada al poder de Trump en los Estados Unidos, ven con suma tranquilidad aquellos acontecimientos que demuestran que “nuestro sistema judicial” permite como lo más natural del mundo que un juez, un día antes que termine su corto interinato, dicte un mañoso fallo a favor de uno de los personajes ediles más funestos de nuestra historia. Tampoco les inquieta que una magistrada, cuya llegada a la Corte Suprema de Justicia, fue precedida con malos augurios, ahora los esté cumpliendo y hasta superando o que un vendedor de zapatos, ahora de bienes inmobiliarios, le obsequie a un juez uno de ellos.

Sigo asombrándome ante las argucias que emplean los políticos, hasta llegar a preparar un informe anual presidencial de labores como si fuera un simple guión de televisión, haciendo reír a la ciudadanía por la burda manipulación de la verdad, que debiera ser la base de un informe de un organismo del Estado, habiendo demostrado el informante que lo presentado al Congreso el pasado 14 de enero no era cierto, cuando al siguiente lunes los titulares de todos los medios de comunicación social lo evidenciaban a través de gráficas y entrevistas testimoniales sobre escuelas sin maestros; alumnos sin escritorios; aulas armadas solo con láminas, sin pizarrones y hasta con macabros asesinatos al frente de sus instalaciones.

Me inquieta comprobar que la politiquería habitual con los tránsfugas en el Congreso de la República, sin sonrojarse, sigan manejando la propuesta del Ejecutivo para darle en concesión los terrenos a la empresa APM Terminals pasándose sobre la ley y en contra de las claras peticiones del Contralor General de Cuentas; como que continúa el enredo armado por el partido oficial FCN-Nación al dar información incompleta sobre el financiamiento electoral que llevó a la primera magistratura a su candidato Jimmy Morales.

Y me inquieta más todavía ver que los negocios gubernamentales siguen inalterables, como el impulsado por el ministerio de Economía, que afanosamente se interesa en construir ilegalmente un centro de convenciones, en el ahora llamado Parque Centroamérica, conocido también como de la Industria, a pesar que la entidad Coperex, que lo tiene a su cargo, planificó hacerlo llevando más de un año de espera por la licencia municipal y así iniciar el plan maestro para mejorar las instalaciones actuales, empezando por la construcción de una torre de parqueo. ¿Y qué decir que el TSE se haya tomado más de un año para decidir el futuro del Partido Patriota?

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