Grecia Aguilera

Desde la antigüedad los seres humanos se han beneficiado de la extensa variedad de plantas medicinales existentes en el planeta Tierra. Diversidad de hierbas, raíces, tallos y hojas han sido utilizadas hasta nuestros días para curar, aliviar o mitigar las dolencias de diferentes padecimientos. Este interés ancestral por las especies vegetales como remedios curativos, ha quedado documentado en las obras de grandes médicos, naturalistas y eruditos como Teofrasto, Dioscórides, Avicena, Plinio el Viejo, Carlos de Linneo o Alejandro von Humboldt. Estos tratados han sido un pilar para la medicina occidental. En los antiguos monasterios y conventos europeos disponían además de un jardín ornamental, otro con plantas medicinales. La Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala publicó en el año 2015 el “Vademécum Nacional de Plantas Medicinales” del licenciado Armando Cáceres, en el cual se explican detalladamente las propiedades medicinales de las 101 plantas más populares en Guatemala. El término ‘vademécum’ como parte del título para el presente volumen, ha quedado perfecto pues significa ‘ven conmigo’, convirtiéndolo así en un excelente libro de consulta. En la presentación del libro se lee que la Universidad de San Carlos de Guatemala y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social “Consientes de los Acuerdos de Paz suscritos por el Gobierno, los cuales hacen énfasis en valorar la importancia y cosmovisión de la medicina indígena y tradicional, promover el estudio y el rescate de métodos y prácticas, sabiendo de la trascendencia que el conocimiento de la medicina popular tradicional transmitida de generación en generación tiene para la población guatemalteca, y motivados por la necesidad de aprovechar adecuadamente la biodiversidad del país, presentan el Vademécum Nacional de Plantas Medicinales. El objetivo de este vademécum, es suplir la necesidad existente de contar con un documento que contenga información sobre las plantas medicinales validadas y con suficiente evidencia científica… También pretende servir de orientación y fuente de consulta para profesionales, técnicos y voluntarios de salud, estudiantes y a todas aquellas personas que de una u otra manera están relacionadas con la materia.” El licenciado Armando Cáceres en la Introducción del tratado-diccionario acota que “Las especies aprobadas han sido seleccionadas porque existe un amplio uso popular en Guatemala y porque hay suficientes datos tendientes a la comprobación científica de sus propiedades popularmente atribuidas, basadas en la evidencia… En esta oportunidad se presenta como una obra de la Colección Monografías de la Editorial Universitaria para su difusión masiva con el propósito de que se convierta en una fuente de consulta nacional confiable.” En orden alfabético las 101 plantas medicinales tienen su respectiva ilustración en blanco y negro, su nombre científico, la Descripción Botánica, el Hábitat, Obtención, Usos y Propiedades Medicinales, Contraindicaciones, Indicaciones Terapéuticas, Formas Galénicas y Posología. Por ejemplo en la página 57 se cita el Ajo, cuyo nombre científico es ‘Allium sativum’. Este bulbo ha sido muy apreciado desde tiempos muy remotos como condimento y remedio para muchas afecciones. Más adelante, en la página 119 encontramos el Eucalipto, ‘Eucalyptus Citriodora’ que en “cocimiento, infusión e inhalación de hojas se usa para tratar afecciones respiratorias…” En la página 215 encontramos la Sábila que “se cosecha durante todo el año, se cortan las hojas más bajas, se lavan y se almacenan en frío. Puede procesarse en seco o deshidratada.” Felicito a la Editorial Universitaria por la publicación de este preciado vademécum que puede ser adquirido en Librería Universitaria y en el Musac.

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