Marco Tulio Trejo Paiz

Más que miedo es pánico el que tienen al comisionado Iván Velásquez los ultracorruptos porque les está descubriendo las archimillonarias garfadas que han cometido contra el Estado, que equivale a decir contra el pueblo que sufre hambre y pobreza.

Empero, los compatriotas que viven privados de adecuado sustento y de todo lo demás que necesitan sus familias hogareñas, mayormente los niños en su mayoría desnutridos, están condenados a padecer una vida que no es vida de los seres humanos.

Los hipócritas, como los califica don Iván, se golpean el pecho fingiendo creer en Dios; tal vez quisieron decir ser devotos del diablo, porque sus actos son del maligno…

Los hipócritas, por demás cínicos de la corruptela que puede seguir campeando a lo alto, a lo intermedio y a lo bajo, son responsables de que los que vienen dejando virtualmente en la bancarrota a la inflada burocracia en perjuicio del desarrollo social para continuar en franco subdesarrollo social.

Como consecuencia de lo ya expresado, el campesinado está como relegado a su “suerte perra”, como dirían los mexicanos; también el obrerismo afronta problemas como los labriegos, sólo que en menor grado.

Puede decirse que casi todo el pueblo que ya no está cabizbajo como cuando hacían de las suyas las oprobiosas dictaduras, prueba de ello es que tenemos ojo al Cristo al comisionado Velásquez escudriñando entretelas para exhibir de cuerpo entero a los pícaros de uñas sucias que han saqueado las arcas nacionales. Unos grupos de esos “onorables” (sin h) están como de vacaciones, muchos privilegiados, en los centros carcelarios que están desbordándose.

Es asaz plausible el coraje y la eficiente actividad investigativa del doctor Velásquez, tanto es así que muchísima gente indignada por los saqueos multimillonarios que se han conocido a través de los diferentes medios de comunicación local y a nivel mundial, están manifestando su plena satisfacción y todo apoyo al impertérrito comisionado.

Feliz está Juan Pueblo porque siguen las investigaciones contra los corruptos ya encarcelados y los demás que están escondidos como las taltuzas.

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