Ayer, el Ministerio Público realizó nuevas diligencias en propiedades de quien fue el Ministro de Comunicaciones del Partido Patriota, asimismo diputado, candidato a alcalde y candidato presidencial de dicha agrupación, Alejandro Sinibaldi Aparicio.

Doce propiedades fueron visitadas para que la fiscalía pudiera tomar posesión de documentos y propiedades que forman parte de un nuevo caso, recordando que Sinibaldi ya está prófugo de la justicia por el proceso conocido como “Cooperacha”, en el que varios exministros en coordinación con la exvicepresidenta Roxana Baldetti, se organizaron para entregarse regalos y tratar a Otto Pérez como que fuera jeque árabe con helicópteros, casas de descanso y demás.

Las acciones de ayer son parte de una nueva investigación en la que al exministro de Comunicaciones se le quiere demostrar lavado de dinero y por lo que le fue embargado un helicóptero que el mismo Jimmy Morales utilizó durante su campaña de “Ni corrupto, ni ladrón”.

En La Hora denunciamos y hemos permanentemente dicho que Sinibaldi y Manuel Baldizón habían logrado mantener el control de la Comisión Legislativa de Finanzas y Moneda con la que no necesitaban tener el poder de la Presidencia porque se podían agenciar los fondos del Listado Geográfico de Obras.

También, hemos dicho que la manera en que se negocian, adjudican y pagan los contratos en Comunicaciones es una vergüenza para el país, porque se utiliza como justificación para entregarle la plata a quienes han cooptado al Estado permanentemente y para que se enriquezcan todos los que han pasado por dichas carteras.

Es indignante que la misma semana en que se conocen los hechos investigados a Sinibaldi y compañía, es en la que se vuelven a tener problemas en el elevador de un hospital nacional, y cuando se sabe que los niños se siguen muriendo de hambre en el Corredor Seco por la simple razón de seguir siendo un país en que la vida de los que no tienen nada, se ignora cotidianamente.

Y queremos repetir nuestra indignación, porque ha sido una costumbre que la actividad política en Guatemala ha sido usada y sigue siendo utilizada como una manera de amasar fortuna y de aspirar a los más extravagantes gustos en propiedades y vehículos, mientras que con dolor y angustia se lleva el día a día las familias que viven en pobreza y pobreza extrema.

No nos alcanza con la condena social que generan nombres como Baldetti, Pérez, Sinibaldi, Baldizón, Torres, Fuentes Knight, Alejos, Arzú o los Morales; harán falta condenas judiciales para que el castigo pese tanto como indigna ese saqueo.

Artículo anteriorEl lavado del dinero corrupto
Artículo siguienteSusan Meiselas revive recuerdos de la guerra en Nicaragua