Adolfo Mazariegos

Una «pequeña» diferencia: los conceptos de Estado y Gobierno. Últimamente he venido escuchando en radio y televisión, a distintas personas ligadas a la administración pública (incluso altos funcionarios, de los tres poderes de Estado), refiriéndose al Estado y al Gobierno como conceptos cuyo significado es el mismo, lo cual me parece algo inaceptable y preocupante, porque aunque pueda parecer una cuestión sin importancia o intrascendente, refleja una verdad que va más allá del desconocimiento de la definición de un concepto y otro. Estado y Gobierno no son lo mismo, y resulta preocupante escuchar de forma recurrente esa equivocación (o ignorancia), en boca de quienes ocupan altos cargos en importantes instituciones que forman parte de los tres organismos que indica la Constitución. El Estado, descrito someramente y en el marco de cómo lo conocemos hoy día, es una organización socio-política que se integra por varios elementos que son indispensables para que sea considerado como tal, entre estos se encuentra el Gobierno, por lo que, referirse a uno y otro como sinónimos, es un error que a todas luces evidencia ese desconocimiento ya aludido, y que, como mencioné, va más allá del simple desconocimiento entre una cosa y otra, especialmente cuando sucede a nivel de eso que llamamos (a veces sin conocer o entender su significado) la cosa pública, es decir, las instituciones a cargo del grupo de personas en quienes se ha delegado la administración del Estado, que, dicho sea de paso, no es cualquier cosa.

Mi más sincero agradecimiento. A mediados del pasado mes de octubre, esta columna, que se ha venido publicando quincenalmente de forma ininterrumpida los días lunes, alcanzó los dos años de existencia. Me llena de mucha alegría y optimismo, por tanto, poder incrementar su periodicidad a una edición semanal a partir de hoy, lunes 28 de noviembre, siempre en este espacio de opinión de los días lunes. Puede decirse que Utópolis inicia con esta edición su tercera época, lo cual me complace grandemente y me hace sentir un profundo agradecimiento que manifiesto con estas sencillas líneas, tanto a Diario La Hora por el espacio y por la amabilidad de siempre, como a usted amable y estimado lector (o lectora) que se toma el tiempo de leer y comentar las expresiones, reflexiones y puntos de vista que, a título personal, he venido publicando siempre en este espacio que nació sin más ambición que el simple y llano deseo de poner sobre la mesa temas con los que, nos guste o no, convivimos a diario, y que como es normal esperar, en el marco del respeto y del criterio individual, habrá quienes estén de acuerdo y quienes no, no obstante, eso hace interesante y enriquecedor el debate de los temas que como sociedad, a todos nos afectan y nos deben importar. Todos, desde nuestra particular posición o tribuna, podemos contribuir a mejorar este bendito país en que vivimos. De todo corazón y con mis mejores deseos, ¡muchas gracias!

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