Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana y quien gobernó la isla por casi medio siglo, falleció anoche y con ello ha terminado una de las vidas de mayor impacto en nuestro hemisferio en la historia.

Es indudable ese impacto en la América Latina de la época de la Guerra Fría por medio de radicales posiciones que produjeron la división ideológica entre quienes apoyaban a Estados Unidos y aquellos individuos y movimientos revolucionarios que encontraron en el apoyo cubano fuerza para enfrentar a la mayor potencia del mundo, creando la plataforma para la discusión de las grandes necesidades en sociedades donde por pobreza, abandono, racismo y exclusión, el capitalismo ni siquiera se comprende.

Castro, que entregó el poder a su hermano Raúl en el año 2008, deja un legado para que la historia lo estudie, evalúe y examine basado en el debate que social, económica y políticamente generó en tantas naciones del hemisferio.

Por supuesto que hay miembros de la comunidad cubana y, principalmente, de los isleños en el exilio, que son opositores absolutos y completos a las políticas revolucionarias y a la figura de Fidel Castro en lo individual.

Por supuesto que las historias de carencias y limitaciones que ha sufrido el pueblo cubano generan mucha condena a nivel mundial. Sin embargo, creemos que más culpables son las restricciones de un embargo que ha limitado, castigado y condenado durante generaciones a un pueblo que tiene el terrible pecado de haber apoyado un sistema que terminó con el desorden que Fulgencio Batista y sus aprovechados políticos establecieron para la explotación y prostitución de una nación.

La relación de Fidel Castro con Guatemala data de mucho más atrás que el tiempo en que la Revolución ejerció el poder en la isla. Tenemos que recordar que el abogado estuvo tanto en nuestro país como en México haciendo la estructura operativa y de apoyo para aquellas batallas con que derrotó al sistema de corrupción impuesto en la isla.

Y dicen los opositores al régimen de Castro que no se puede apoyar a quien fomentó la violencia, la injusticia y actos deshumanos contra la sociedad. Pero son los mismos que añoran a Somoza, Ríos Montt, Arana o D´Aubuisson, quienes están lejos de ser ejemplos de humanidad.

Lo que podemos decir es que hoy, 26 de noviembre, es para muchas generaciones el primer día de sus vidas sin la figura de Fidel Castro. Un personaje que impactó en nuestro mundo y en nuestra historia. Ojalá se le juzgue con el mismo balance con que el Papa Francisco y Barack Obama evaluaron la verdadera dimensión de los cubanos y su Revolución.

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