Lic. Danilo Santos
Politólogo
desantos.salazar@gmail.com

La historia de los partidos políticos en Guatemala inicia con los “Cacos”, mote de los intelectuales liberales de quienes nació el partido republicano; y los conservadores conocidos como “Gases”. Ambos surgieron en el seno de dos periódicos de la época independentista, “El Editor Constitucional y el Amigo de la Patria”, respectivamente.

En los dos casos, la representación no era de las masas indígenas, la creciente población mestiza y mucho menos de los esclavos traídos desde África. El Estado y la República en Guatemala se fundaron a partir de los intereses del clero, el partido conservador y los intelectuales liberales.

Los conservadores consideraban a la población guatemalteca como inculta y heterogénea, desde los albores de la República creían que la descentralización y gobiernos locales representaban una amenaza a la uniformidad, que produciría insubordinación y un Estado inestable, expuesto a convulsiones sociales. Desde entonces se instaló la exclusión, a pesar de las buenas intenciones de algunos liberales.

La pugna y alternabilidad en el poder entre liberales y conservadores siguió hasta 1944, caudillos, militares, intelectuales y oligarcas dirigieron al país sin representar los intereses de la población si no los suyos propios.

Luego de los gobiernos de Arévalo y Árbenz, donde surgieron expresiones de izquierda organizada en partidos políticos, la historia se repitió, solo que esta vez se multiplicaron los partidos de derecha para competir entre sí; las dictaduras militares dejaron poco espacio para ello, pero lo toleraban como alternativa a los golpes de Estado.

De 1986 a la fecha, con la última Constitución Política y posterior Firma de la Paz, siguieron gobernando los liberales bien intencionados o los conservadores consumados. La izquierda desaprovechó su oportunidad en 1999 y regresó a lo que mejor sabe, la dispersión y la autodestrucción. En 17 años apenas se han logrado escaños en el Legislativo y cada vez se hace más difícil; el impacto que desde la izquierda institucional se ha tenido en el Sistema, es pírrico, por no decir nulo.

Los problemas poscolonia siguen vigentes: población indígena y campesina pobre, sin tierra, sin educación ni salud; clases medias luchando por la movilidad social apostando a la lotería electoral y, dueños de máquinas electorales buscando el poder, sin una real base partidaria si no clientelar y sin el interés de representar a nadie.

El origen de la política en el país ha tenido gran impacto y se mantienen los rasgos de cacicazgos y el pensamiento ultraconservador que excluye los intereses de las mayorías, paradójicamente la izquierda no ha podido capitalizar más de un siglo y medio de conservadurismo y exclusión. Echar a tres diputados de su curul no resuelve los grandes errores cometidos, y que ahora tienen a la izquierda como está y donde está.

Con esta historia política, no se extrañe nadie del Congreso que tenemos y lo que legisla, menos de los alcances del Ejecutivo y a quienes elegimos para que lo dirija. Las instituciones permanentes, democráticas y representativas que deben ser los partidos políticos aún no han nacido en Guatemala.

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