Cuando ante la fuerza de la ley, y a pesar del lamento de una buena parte de la sociedad cómplice, se van desnudando las estructuras corruptas que han secuestrado al Estado para apoderarse de sus recursos y del funcionamiento institucional, esas mafias empiezan a operar con mayor descaro que el usual y eso lo hemos estado viendo estos últimos días.

Como ejemplo, podemos ver que la jugada estaba cantada y que la Corte Suprema de Justicia está al servicio del gobierno de Jimmy Morales. Ayer falló a su favor el pleno presidido por Patricia Valdés, la fanática del mandatario, y a la vez operadora de la familia de acusados de corrupción y operadora de los poderes paralelos de Blanca Stalling.

Otra demostración ha sido el pulso entre poderes oscuros en el Congreso de la República donde persiste la vieja política y con maña se pelean como que fueran bandas de delincuentes repartiéndose el botín. Obvio que al final gana el que más recursos tiene para repartir.

Se realizaron allanamientos en dos lugares distintos para obtener información de algún caso en reserva y sale el ya conocido mentiroso del vocero presidencial a querer desviar la atención diciendo que se trató de algún error. Como que estaba ensayando para cuándo le toque decir que llegaron a traer a alguien de adentro de las oficinas o del área privada de dichas instalaciones.

Lo que queda claro es que esas mentiras con las que el vocero hace bien su papel de representar a su jefe no son más que una demostración de la falta de principios que hay en el actual gobierno y del descaro para tratar los temas de trascendencia para el país.

Incluso desde medios que son propiedad de prófugos de la justicia y por medio de abogados de los “cooptadores” se ha llegado a hablar de ejecución extrajudicial en el caso del exministro Pavel Centeno con tal de descalificar el trabajo de la persecución penal que se ha venido haciendo.

¿Será que si ayer cuando llegaron los fiscales a la Casa Presidencial sale don Sammy recibiendo a balazos impulsado por sus colas, también hubieran responsabilizado a las autoridades? Es ilógica la descalificación a la autoridad en lugar de dejar que avance la investigación con la seriedad que el Caso Centeno amerita. Por cierto, que la sociedad recuerde que hay dos servidores públicos, con familias que sufren, heridos por ese hecho.

En fin, cuando las mafias sienten que pierden más el control, poco a poco, se van quitando las máscaras, se unen y reaccionan.

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