Francisco Cáceres Barrios
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No es primera vez que me ha tocado escuchar comentarios acerca del porqué los columnistas tenemos la tendencia a tratar o comentar solo “cosas malas”, cuando también ocurren buenas en nuestro país. No dejan de tener algo de razón quienes se expresan así, aunque la respuesta a la pregunta cae por su propio peso con solo comprobar que la mayoría están en la primera categoría. Recientemente también me cuestionaron sobre el porqué tanto tratamos los bloqueos del tránsito y mi respuesta no pudo ser otra: ¿no son suficientes las siguientes muestras de anarquía?: En Quetzaltenango, para evitar el paso al vertedero de basura; en la Antigua, para exigir la renuncia del administrador del mercado; en las fronteras, para evitar la ampliación de horarios prohibiendo la circulación del transporte pesado; en 22 sitios del país, para exigir la nacionalización de la energía eléctrica; en Villa Nueva, para evitar la construcción de una cárcel o en el Puente Belice, para exigir a la Municipalidad Capitalina que les provea agua potable a varias colonias aledañas.

Pero cuando ocurren hechos como el de la semana pasada en que la jueza del Tribunal Quinto de Sentencia Penal, licenciada Bélgica Deras, le dejó caer todo el peso de la ley a los señalados de los delitos de tráfico de influencias y cohecho activo, señores Gudy Rivera y Vernon Eduardo González Portillo, entonces nos veríamos mal si no le expresamos a ella una efusiva felicitación por su acertada decisión, como exhortar al resto de jueces para que sigan su buen ejemplo dictando ejemplares sentencias. Es verdad, fueron evidentes las pruebas aportadas para demostrar que hubo un descarado intento de ejercer influencias para lograr revocar un fallo judicial que afectaba directamente a quien entonces presumía de transparencia y honestidad en el desempeño de la vicepresidencia de la República.

Ahora todavía es más obligado expresar nuestra satisfacción por el fallo emitido, cuando escuchamos el criterio del señor Gudy Rivera quien se atrevió a decir que había sido “un linchamiento político”, como que está “copada la justicia guatemalteca”, ahora preso cuando él siempre fue respetuoso y un hombre de derecho. Claro, entendemos perfectamente que todavía el fallo no está firme y que el debido proceso debe cumplirse pero, eso no menosprecia las actitudes de hidalguía, carácter y buen comportamiento del juez a cargo de la referida sentencia, por lo que nos pareció oportuno recordarle a la ciudadanía, a los señores jueces y a los amables lectores las célebres palabras del patriota, escritor y poeta italiano Silvio Pellico quien dijo: “El talento puede dar prestigio, el valor puede dar soldados, la tiranía puede dar esclavos, pero solo la justicia puede dar la fuerza”.

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