Los últimos gobiernos se han dedicado a utilizar eslóganes falsos con los que de manera populista quieren hacer creer que hay un verdadero interés por atender a los que menos tienen, cuando la verdad es que su objetivo es por hacerse millonarios.
Es por eso que el único eslogan cierto es el que original y ciertamente acuñaron en el gobierno de Colom Torres: “Mi familia progresa”, pero su certeza es absoluta si se aplica a las familias de los binomios que han gobernado en esta llamada “era democrática”.
Mientras Jimmy Morales se trata de lavar la cara diciendo que es correcto y postea mensajes muy bonitos sobre compromiso con una supuesta lucha contra la corrupción, su hermano Sammy, investigado por el Ministerio Público y CICIG junto al hijo del Presidente por corrupción, resulta que ha puesto a su familia política a trabajar, lo que nos echa una mano a respondernos a la pregunta de ¿Ni corrupto, ni ladrón?
Es una verdadera vergüenza el descaro con que los gobernantes llegan a desafiar a una sociedad que se pasa de tolerante y termina indiferente; pero la verdadera pena es esa misma ciudadanía a la que se la hacen una y otra vez sin que tenga sangre en las venas para cívicamente reclamar el fin de la corrupción.
Ya hoy parece que se han olvidado el desafío y las mentiras tanto de Morales como de Jafeth Cabrera. Y parece que las denuncias con las que se les involucran en casos muy delicados, les resbalan.
Es tal el descaro que el llamado Sammy hasta se presenta a eventos y en sus declaraciones manda “saludos a la afición” a manera de burla a la gente, a la misma justicia y a todos aquellos que pagamos nuestros impuestos para que de una u otra forma vayan a parar en los bolsillos de sus familiares.
Cuesta mucho creer cuando un gobierno habla de las necesidades financieras del Estado mientras no se utilizan con transparencia. En vez de no pagar impuestos porque se gastan mal debemos dejar de apañar a los políticos que descaradamente nos demuestran que no les importa hacer uso de todas las mañas para ordeñar la vaca del Estado.
Entre la familia de Jafeth Cabrera ejerciendo en el cuerpo diplomático, el hijo del Presidente consiguiendo facturas para hacerse de fondos que no le corresponden, ayudado por su tío, el hermano presidencial, todos los escándalos sobre el financiamiento de su campaña, etc., otra vez a quienes les va bien son a los Cabrera y Morales. Sus familias sí Progresan.