A los del gobierno, empezando por el Presidente “¿Ni corrupto, ni ladrón?” de Jimmy Morales, les gusta andar haciendo señalamientos contra quienes tienen la razón creyendo que su investidura les protege de cualquier arrebato en su inestabilidad emocional.

Ahora resulta que con el mismo nivel de mentira con que quiso esconder que los medicamentos que le “donaron” al Estado estaban vencidos o cuando su vocero dijo que “reflexionaba” mientras dormía en pleno acto público, Morales se presentó en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas a decir que tiene “Cero tolerancia con la corrupción”. Sí, estimado lector, aunque usted tampoco lo crea.

Hay que mencionar que mientras eso sucedía, su compañero de payasadas Sammy Morales, hermano del Presidente, investigado a los negocios de Anabella De León con el mismísimo hijo de don Jimmy, entraba a la Casa Presidencial al área de oficinas del Gobierno Ejecutivo dejando claro que no hay tal cero tolerancia, puesto que por decoro, al menos, el que es investigado debe mantenerse alejado.

El mismo Morales, “¿Ni corrupto, ni ladrón?”, dijo en aquel mensaje con los ojos coloraditos que nunca comentaría más del caso de su hijo y su hermano, pero sí puso a su disposición el Diario de Centro América para que reporte cada acción que los abogados les van recomendando para tratar de salvarlos de una inminente orden de captura.

Porque es claro que ayer mismo cuando alabó a la CICIG en el discurso ante la ONU, lo que quería es presentarse internacionalmente como un comprometido en la lucha contra la corrupción y la impunidad, pero lo hizo en el mismo momento en que con todo el descaro del mundo se pasea como jefe, igual que lo hizo hace meses en el Crédito Hipotecario Nacional o en la Superintendencia de Telecomunicaciones y seguramente en casi todas las instituciones públicas donde huela a negocio, el Sammy Morales investigado por corrupción.

Lamentamos por el país y por nuestros ciudadanos tener a alguien que vive el país como que fuera una de sus comedias y que con su doble discurso “¿Ni corrupto, ni ladrón?” nos demuestra diariamente que no entiende qué tipo de país es Guatemala y mucho menos qué tipo de soluciones y compromisos reales requiere.

Así como con enojo y el dolor de ser el padre de un investigado por corrupción, usted dijo que no quería hablar del tema, nosotros como parte de la sociedad guatemalteca le decimos que no queremos a mañosos rondando las oficinas del Estado. Por muy que sean parte de su familia.

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