Francisco Cáceres Barrios

Es oportuno recordar que no hay que perder de vista las reales causas que originan las tragedias que prácticamente todos los días ocurren en el país, como la ocurrida no hace mucho en la Colonia Santa Isabel 2 de Villa Nueva, porque seguramente van a continuar, mientras nuestras autoridades sigan incumpliendo sus deberes. La Conred lo dijo claramente, en ese lugar no ocurrió un deslave propiamente dicho, sino el desplome de un muro vecino causado por la saturación de agua que afectó los cimientos del mismo, lo que provocó su caída sobre las viviendas que colindantes. Con sus variantes, esto mismo se repite constantemente con cifras apabullantes: 180 mil personas han sido afectadas en 161 incidentes o emergencias ocurridos por las lluvias en lo que va del año.

Las causas de las tragedias están a la vista de todos y a pesar de vivir en el siglo XXI, seguimos teniendo las mismas condiciones prevalecientes en el diecinueve, porque nadie hace nada o muy poco por prevenirlos. O dígame usted amable lector ¿Las casas o mejor dicho covachas construidas en los cientos de asentamientos en la capital y en el interior de la República no llenan los mínimos requisitos de seguridad de tal manera que sus habitantes puedan librarse de las consecuencias de un movimiento sísmico de gran envergadura, de deslaves, inundaciones o tragedias de otra naturaleza?

¡Definitivamente no! Porque los políticos que saben la verdad antes de alcanzar el poder se olvidan de sus promesas. ¿O es mentira que no se haya hecho nada para evitar seguir construyendo edificaciones que prácticamente están pegadas con chicle a las laderas que rodean nuestros barrancos? Bien sabemos que corregir el sinnúmero de falencias, errores u omisiones cometidas a través de tantos años, podría considerarse tarea de titanes o algo muy difícil de hacer sin embargo, ¿no podríamos empezar desde ahora a exigir las mínimas condiciones que logren al menos reducir el sinnúmero de tragedias que vemos o sufrimos todos los días o ¿Cuántos inviernos han pasado sin que no se haya hecho nada por evitar lo que provoca, por ejemplo, el «río Platanitos» en Villa Nueva?

Si es cierto que Conred entregó a las autoridades en enero de este año un mapa con las indicaciones y claros señalamientos preventivos de aquellos sitios susceptibles a deslizamientos e inundaciones, cabe entonces preguntar: ¿estará sirviendo de adorno en cualquier dependencia oficial o se estará utilizando para tomar urgentemente atinadas y convenientes medidas? De no ser así, el titular de este comentario inexorablemente se va a cumplir no como una premonición, sino como algo que a simple vista tiene todas las características de que las tragedias van a continuar.

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