Juan Jacobo Muñoz Lemus

-Y vos, ¿cómo entendés la vida?
-Para serte sincero, creo que no la entiendo. Ni siquiera sé si se pueda entender. En todo caso tengo mi versión.
-Pero uno debe saber para que vive.
-Comprendo tu inquietud, pero será difícil que la apacigués solo pensando, tendrás que vivir todavía muchas cosas.
-Eso dice toda la gente, vivir, vivir, vivir…
-No hay otra manera, tenés que aprender a gustarte, apreciarte y darte crédito; pero necesitás trabajo personal. Si no, podés caer en la trampa de mucha gente que quiere cambiar sin tener que cambiar nada.
-Es que estoy harto de impresionar a gente que no conozco, gastando dinero que ni tengo en cosas que no necesito.
-Exactamente, estás funcionando para que te reconozcan, en lugar de conocerte. Así como lo decís suena desenfrenado, y yo nunca he visto a alguien que yéndose de boca, haya tenido éxito.
-Pero, es lo que hace toda la gente.
-No toda, pero te doy algún crédito; el mundo tiene un poco ese diseño. Y si, la especie humana después de nosotros, al igual que antes que nosotros, seguirá girando en la dirección contraria. Yo solo te digo que tu misión difícilmente sea la de demostrar o probar algo a la gente para convencerla, y mucho menos que eso vaya a darte la tranquilidad. Es muy poquita la vida, para desperdiciarla en angustias.
-Y encima, uno nunca queda bien con nadie.
-Justamente. Pero cuidado, que vos podés caer en lo mismo, y dedicar tu vida a perder el tiempo, buscando errores en el exterior, quiero decir, en los demás. Eso tiene trampa, porque seguramente vas a encontrarlos y perderías tu vida, sintiéndote con la razón y con un pretexto para no explorarte.
-Qué fácil es hablar, pero el mundo es otra cosa.
-Nadie quiere lo que le pasa, todos quieren lo que no tienen. El mundo siente un vacío que cree que puede llenar con algo que va a encontrar afuera. Allí tenés por ejemplo al dinero, siempre se siente que no alcanza.
-Pero si no vivís para afuera no podés ser bueno.
-Como dijo Tagore, quien se esfuerza mucho por ser bueno, no encuentra tiempo para la bondad.
-No entiendo.
-Demasiada bondad no cabe en el plato que uno se tiene que comer porque indigesta. El alma de nadie aguanta con tanta bondad forzada, con tanta negación.
-Pero no me podés negar que ser bueno es bueno.
-Hasta en las cosas buenas buscá el lado oscuro, porque siempre lo hay.
-Qué difícil no sentirse atrapado.
-Voy a usar tu concepto. Se inatrapable. Escurrite entre los dedos de la gente como aire, como agua. Recordá siempre que todo toma la forma del recipiente donde queda contenido y eso puede ser estático, improductivo y hasta doloroso.
-Es tu forma de hablar de ser libre, ¿verdad?
-Eso creo yo que es la libertad, y la ocasión de dar respuestas oportunas. No dejarse detener ni retener, quedarse si se desea y atreverse a estar solo.
-Siempre la soledad, y el miedo que da.
-Ser inatrapable e intangible es etéreo y lo más espiritual que se puede ser. El agua debe correr, no estar en cántaros, y aun corriendo aliviar la sed y poder ser benéfica y vital.

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