María José Cabrera Cifuentes
mjcabreracifuentes@gmail.com

A partir de la sanción de las Reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos por parte del Presidente Constitucional de la República, surgieron diversas reacciones de distintos sectores importantes para el país. Algunos aplaudieron la decisión del mandatario, otros, se resistieron a tal acción, pero en lo que todos coincidieron, es que esa era una reforma parcial en la que no se incluían temas fundamentales para experimentar un cambio palpable en el sistema político.

Después de esa fecha, el Organismo Ejecutivo ha estado liderando un esfuerzo junto a organizaciones de Sociedad Civil, Sector Empresarial, academia, entre otros que pretendió en sus inicios entablar una discusión respetuosa sobre aquellos temas que deberían ser incluidos en una nueva generación de reformas a la misma ley.

Sin duda, el clamor de la población expresado no únicamente en las manifestaciones de la Plaza de la Constitución sino constantemente y a través de los años por aquellos quienes se dedican a estudiar el sistema, daba a la LEPP una relevancia especial. Todos estamos conscientes que esta es una ley determinante en el curso del fortalecimiento de nuestra democracia, del sistema político y en la garantía de la representatividad.

Tras jornadas de trabajo intenso y la participación activa de las organizaciones convocadas, el día de ayer fue presentado el resultado de las discusiones al presidente Jimmy Morales, a quien le corresponde ahora analizarlas para su traslado al Congreso de la República.

Según el documento dado a conocer en la presentación oficial llevada a cabo en el Palacio Nacional de la Cultura, se abordaron e incluyeron en la iniciativa temas interesantes y necesarios que a principios de este año habían quedado fuera, tales como la democratización interna de los partidos políticos y el fortalecimiento del Tribunal Supremo Electoral.

Aunque debo manifestar mi desacuerdo con algunos de los puntos incluidos en la iniciativa, sobre los que me he extendido en otras ocasiones, he de valorar el dinamismo con el que se llevaron a cabo las discusiones y el profundo respeto manifestado por sectores divergentes al aceptar incluir temas que no se encuentran en la agenda por ellos desarrollada. Por esto considero que ejercicios como el recientemente llevado a cabo por el gobierno, organizaciones sociales, empresariado y academia son valiosos y deben ser replicados en el debate de otros temas de semejante relevancia para nuestro país.

Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, han sido uno de los puntos sobre los que reiteradamente he hecho referencia en este privilegiado espacio. Es necesario acotar que en las nuevas reformas todavía deben ser incluidos varios temas como el fortalecimiento del presupuesto del Tribunal Supremo Electoral, condición sin la cual algunas de las reformas aprobadas seguirán sin poder ser una realidad. Sin embargo, quiero aprovechar estas líneas para aplaudir especialmente a las organizaciones involucradas en este proceso que, a decir de varios de los participantes, ha sido único en su clase por el respeto y la apertura manifestadas.

Si se tiene claro el objetivo al que se quiere llegar, ceder en temas y aceptar consensos no resulta tan descabellado. A lo largo de nuestra historia ha quedado más que claro que el luchar por intereses individuales no lleva más que al relego y nos condena a quedarnos estancados, por lo mismo quisiera de nuevo felicitar el esfuerzo e instar al Ejecutivo a que lleve a cabo un análisis profundo que dé como resultado el traslado al Congreso lo que han llamado las verdaderas reformas del clamor popular.

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