Roberto Arias

Hay asuntos que pueden tomarse como errores, como desconocimiento, como deslices o como inexperiencia, pero haber citado al Congreso de la República a la doctora Lucrecia Hernández Mack, la nueva Ministra de Salud Pública y Asistencia Social con la finalidad de cuestionarla, únicamente con seis días de ella haber tomado posesión de su cargo, citada por el diputado Eduardo Galdámez Hernández, más parece una nueva estupidez, porque ya vimos cómo pararon las citaciones que se hicieron al Ministro anterior. Guatemala se quedó sin Ministro de Salud.

La reacción de la ciudadanía en las llamadas redes sociales no se hizo esperar con toda clase de epítetos contra ese y los demás diputados que conforman el Congreso, en virtud de que es notorio que lo que persiguen es simplemente chantajear; extorsionar; timar; despojar o sangrar al Estado de Guatemala, vía los recursos de Salud Pública, lo cual históricamente ha sido tan saludable para los diputados quitando la esperanza de salud y de vida a los guatemaltecos más pobres, quienes mueren en el intento de sobrevivir sin medicina y sin anhelos.

Pero al unísono, los diputados quieren pasar una ley con el fin de privatizar el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, (IGSS). La única institución que queda creada por uno de los dos únicos presidentes guatemaltecos que quisieron engrandecer y desarrollar la patria después de la Revolución de Octubre de 1944, el Doctor Juan José Arévalo Bermejo, nacido en Taxisco, Santa Rosa. Los diputados quieren entregar ese patrimonio de salud de los guatemaltecos a los extorsionadores de cuello blanco.

¿Tendrán idea los diputados de cuál podría ser el costo real de semejante estupidez, debido a la reacción de todos los trabajadores guatemaltecos que pagan su seguridad social? ¿Tendrán idea de que una acción contra el pueblo podría hasta costarles la vida por el voraz amor al dinero?

Es sabido en corrillos que es el ignorante, pero corrupto Álvaro Arzú Irigoyen y sus delincuentes asociados quienes hace años andan detrás del IGSS, con la idea de privatizarlo y quedarse con él, tal y como lo hicieron con los activos del Estado que “privatizaron” de una manera tan burda que se estremece cualquiera que sepa la verdadera situación de ese, hasta ahora, masivo e impune atraco al Estado de Guatemala.

El atraco a Guatemala ha sido constante, persistente… tenaz. La asquerosa garra de la oligarquía la tiene avasallada.

Las curules del Congreso están históricamente henchidas con estupideces cargadas de voracidad que tienen al Estado de Guatemala en la caótica situación en la que actualmente se encuentra y, ya no debemos permitir los guatemaltecos que esta situación siga extendiéndose como un imparable cáncer metastásico que ahogará a la República de Guatemala, como tal.

Los guatemaltecos DEBEMOS forzar hacia un cambio que enaltezca a la sociedad y a la República. Si no lo hacemos, Guatemala morirá dentro de muy poco tiempo como República independiente. Será una gran finca con pocos propietarios. ¿Eso quiere el lector para sus hijos y nietos?

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