Edith González
“Cuando todos te abandonan, Dios se queda contigo.”
Mahatma Gandhi
La mañana sabatina se fue formando con las imágenes de la iglesia del Cerrito del Carmen en donde el templo y su torreón, recién han sido pintados de un blanco de alta visibilidad, para la celebración del Día de la Virgen del Carmen. Se respira tranquilidad y paz en el norte de la cada vez más saturada y bulliciosa capital guatemalteca.
Diego y Ricardo, se sorprendieron al conocer el lugar, en donde ventas de dulces típicos ofrecen su variada producción, que se confunde entre carritos de madera, tambores y trompos. Discretamente policías municipales aportan su presencia para evitar a los nuevos “Pie de Lana”, el misterioso delincuente de las leyendas del siglo pasado que robaba en los alrededores y se refugiaba en una caverna del cerro y de quien Diego y Ricardo se muestran sorprendidos e indagan más.
El templo, construido en el siglo XVII, cien años antes del traslado de la nueva capital, ha soportado terremotos, saqueos y pillajes, incluso de la misma imagen de la Virgen. La que el 19 de abril de 2001 fue sustraída de la Ermita y devuelta hasta el 5 de marzo de 2003. Recorrer la nave central, es penetrar en los siglos, en donde un antiguo confesionario y una labrada puerta de madera y hierro, suponen el ingreso a los tiempos idos, cuando se daba forma a la Guatemala de los poetas y las rosas.
El Cerrito y su iglesia, pasaron a ser parte del Patrimonio Cultural al entrar en vigencia la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación, Decreto 26-97 y Santuario Mariano en el 2013, año jubilar mariano. Actualmente la Municipalidad capitalina y Fundación Teoxché, mantienen vivo este rincón de la historia de la Nueva Guatemala de la Asunción.
A poca distancia del atrio de la iglesia se observa un antañón árbol, al cual los ingenieros han dado soporte para que siga en pie y que marca el lugar por donde el mítico personaje “Píe de Lana” entraba a una cueva para evitar ser capturado tras sus fechorías.
El Cerrito, con su única calle de ingreso, empedrada, es escenario de otras muchas actividades y festivales culturales, esa mañana sabatina Diego y Ricardo, pudieron conocer como un equipo de fotógrafos trabajaba con jóvenes modelos para anuncios de una marca de motocicleta. Igualmente la llegada de hombres mayores en bicicleta, quienes desde varios puntos de la capital, semanalmente realizan el recorrido que les lleva hasta allí.
El Cerrito del Carmen tiene en su explanada frente a la iglesia, un torreón con una gran cruz de madera construido por el mayordomo de la cofradía, Juan José Morales Roa y Alfarol y la estatua de Juan Corz, el español que recibió el encargo de trasladar a América la imagen de la virgencita entregada por las Carmelitas en España, según había pedido en su lecho de muerte Santa Teresa de Ávila. Y así fue. Pasados los siglos, la imagen es venerada cotidianamente por los guatemaltecos.
La visita nos ha permitido recordar y tener, ahora más conocimientos de nuestra ciudad.