Lucrecia de Palomo

Desde mi perspectiva todo en la vida tiene un propósito y aunque nos parecen descabezadas algunas situaciones, ante la crisis es necesario buscar su origen para poder reconocer el propósito. Guatemala es el país de las eternas crisis sin una aparente solución. La mayoría de ellas, según mi parecer, provocadas intencionalmente –con fines poco ortodoxos– y otras por la poca cultura de prevención que tenemos y lo manuables que somos (que a la larga viene a ser lo mismo). Vemos en este momento varias crisis a la vez, que todas derivan del mismo árbol, se han vuelto en una crisis a nivel masivo sin que muchos, siquiera, se den cuenta de su profundidad, pues por la fogosidad o frustración que sienten están felices participando, echando más leña al el fuego. Pocos son los análisis que pueden hacer un mapa real de lo que se vive, distinguir su procedencia y diferenciar los posibles caminos.

Quiero compartirles un texto que me llegó por las redes el domingo pasado, luego de la captura de un empresario hotelero; con otras palabras, refleja mi pensamiento de lo que creo está sucediendo. Proviene de un amigo con gran capacidad de análisis y que por conocer tanto el ámbito público como privado lo hacen conocedor de recovecos humanos, me dice: “Lo que estamos atravesando NO es un combate honesto contra la corrupción, esto es solo el PRETEXTO mercadológico que tiene distraída y obnubilada a la mayoría de la población de todos los niveles… en todos los casos se está evidenciando cómo CICIG, MP y SAT violentan el debido proceso, eso no es justicia, sino venganza porque está prevaleciendo que “el fin justifica los medios”… ninguna sociedad resiste una quiebra del Estado de Derecho. La economía y las inversiones locales y extranjeras se están paralizando a toda velocidad con esta ofensiva ideológica, lo que va a generar más desempleo y más descontento social, y eso es lo que persigue este eje de izquierda anarquista, provocar un desborde social, momento ideal para el oportunismo político, que para entonces solo un movimiento de izquierda será el beneficiado, a costa del caos. Lo que la izquierda oportunista está haciendo es utilizar el instrumento más fácil con qué mover a la gente: despertar el resentimiento, confrontar a la sociedad y dividirla… Así vencerás, dijo Maquiavelo…”

Reconozco que este país se ha movido bajo la corrupción, que aquí listo es quien evade impuestos y burla las normas; quien maneja los poderes públicos y coloca presidentes. Reconozco que, no podemos hablar aquí de derecha o izquierda como ideologías, pues lo que existen son oportunistas que quieren llegar a la administración pública para volver a ser listos. Sé que se está juzgando –o haciendo circo– a cientos de personas, utilizando en algunos casos las mismas artimañas legales que nos han llevado al caos, por causas que eran voz popular y que aunque en muchas ocasiones se hicieron denuncias públicas sobre los temas, fueron permeando en el mismo sistema que se organizó. Pero no hay que olvidar que Guatemala es una y es nuestra; participar irresponsablemente en esta crisis puede ser un gran peligro que desemboque, si se puede, en algo peor.

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