Rolando Alfaro Arellano
“Nadie mejor que el dueño cuida de lo propio” (Santo Tomás).
Las últimas catástrofes que estimo serán del conocimiento de mis estimados lectores y que se refieren a los deslaves como los Casos del Cambray, el basurero de la zona tres y el tremendo descuido de las entidades encargadas de mejorar el entorno humano hacen que recalquemos el tema, especialmente cuando es público el daño causado a nuestros ecosistemas.
En ese sentido, podría ser que el desorden político que han ocasionado los gobiernos pasados y en especial quienes enfrentan graves acusaciones por los daños hechos a la nación, tenga distraída a la población guatemalteca, y por ello no les esté provocando tanto asombro, pero si es moralmente necesario que el tema de nuestra especialización se mantenga latente, pues se encuentra en peligro inminente la salud y la vida de las presentes y futuras generaciones de connacionales.
Lo anterior se puede respaldar en virtud que se ha venido utilizando la misma artimaña que se ha usado para engañar a los guatemaltecos como las de las elecciones, o sea, prometer algo que nunca se cumplirá, Ejemplos de lo escrito se puede señalar, así: la reproducción de plantas dañinas en el lago de Izabal (Hidrlia Verticillata), contaminación por ruido en centros urbanos y rurales, aumento de la contaminación atmosférica por humos de diverso origen, contaminación de todo el sistema acuífero, entre otros males.
Si bien es cierto que las nuevas autoridades han empezado en cero por ese tremendo desorden ya citado, no por dicha circunstancia hemos de callar y dejar de orientar a la opinión pública que tanto lo necesita.
Asimismo, habría que preguntarnos, que explicación darán las antiguas y nuevas autoridades comprometidas en la suscripción del Tratado de Libre Comercio con los países de Norte América y los hermanos centroamericanos y el Caribe, al abordarse con nuestro país los adelantos para proteger el Ambiente Nacional.
Por otra parte, se ha venido confundiendo a nuestra población con una idea falsa que trata de desorientar a las personas, esgrimiendo una politiquería de pánico haciéndoseles creer que al proteger el ambiente es de corriente comunista, de terroristas o algo similar.
En relación a lo últimamente escrito, es urgente dejar bien clara las cosas y esto es muy sencillo: aparte es la politiquería que algunos grupos de malos guatemaltecos practican en sus actuaciones administrativas y electoreras y muy diferente las Ciencias Ambientales y Ecológicas y muchísimo más grave ignorar el avance de la rama del Derecho Ambiental.
Finalmente, ya hemos escrito en otras ocasiones, que casi la mayor parte de Universidades del país han incluido en sus programas de estudios las materias de Ciencias ambientales únicamente las Universidades Mariano Gálvez y San Carlos de Guatemala, poseen las especialidades de Derecho Ambiental.