Edith González

“Compartir con un niño lo que alguna vez nos deleitó; ver que el deleite del niño se suma al nuestro, ¡eso es felicidad!”.
Jasón B. Priestley

Organismos internacionales alertan al gobierno de Guatemala por el aumento de los asesinatos de niños, que quedan sin resolver. Sólo en 2016 ya suman 150. La cifra es de 30 al mes, uno por día. La frialdad de las matemáticas, nos revela cifras, pero creo que la tristeza, como parte del sentimiento humano, nos embarga a todos los guatemaltecos que las conocemos.

El más reciente caso, dramático en extremo, es el ocurrido el pasado dos de junio, en el asentamiento “La Unión”, Villa Lobos Uno, zona 12, al sur de la capital. En que el nieto de tres años, y sus abuelos fueron abatidos a balazos por criminales.

La foto de Edwin Daniel López, con un reguero de sangre que se desprende de su cabeza y una bolsa con carritos de plástico, en su mano derecha, circuló la misma tarde de ese día por internet, con miles de visitas.

¿En qué momento, nos volvimos sociedad criminal?
El informe de UNICEF señala que El Salvador, Guatemala y Venezuela son los tres países con las tasas más altas de homicidios en contra de niños y jóvenes a nivel mundial.

La frialdad de las estadísticas aparece en este informe, en el que, a la vista global de los hechos se puede determinar que están matando a nuestros niños. Un tema delicado, además de la muerte de los pequeños, es que UNICEF señala que el 95% de estos asesinatos quedan impunes en nuestro país.

Al resquebrajamiento  de los valores humanos en nuestra sociedad, hay que sumar que las autoridades legalmente establecidas, son incapaces de investigar los crímenes contra nuestros niños… y así parece que continuará permanentemente. Entonces…¿qué futuro tenemos?

Recordemos estos casos. Dos asesinos ingresaron machete en mano a la escuela de la colonia San Juan en Tactic, Alta Verapaz, agrediendo y degollando a dos niños estudiantes, una niña de primer grado y un niño de tercero. Los niños intentaron defenderse, por lo que presentaban heridas en distintas partes de su cuerpo. Simplemente los mataron.

Vengar la muerte de dos jóvenes que fueron encontrados desmembrados el 15 de mayo pasado en el fondo de un barranco en Ciudad Real, zona 12 de Villa Nueva, podría ser la causa de la masacre de dos niños, la madre de ambos y su abuela. Los niños masacrados murieron porque estaban en el mismo inmueble con los adultos.

En lo periférico de muchos de los crímenes en contra de los niños, hay abuelos, padres y hermanos mayores a quienes los asesinos buscaban dar muerte, pero en el ya interminable baño de sangre en el país, jamás se ve respeto para los niños.

Si esta dolorosa estadística de asesinatos de niños continúa igual, en diez meses tendremos 300 niños asesinados. ¿Qué hace el gobierno, si ni siquiera se captura a los asesinos, menos llevarlos a un juicio? Pedirle a Dios que proteja a nuestros niños. Es lo único que nos queda.

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