Marco Tulio Trejo Piaiz

Mayo es el primer mes del invierno, pero sólo han caído hasta hoy algunas lluvias no torrenciales en varios lugares del territorio nacional.

Sin embargo, los socorristas deben ponerse alerta si es que aún no lo han hecho. Es mejor prevenir que lamentar, se ha dicho.

Debe pensarse en el grave riesgo de que se produzcan cambrayazos en los barrancos que están en varias zonas de la capital, sobre todo en la periferia.

Quiera Dios que los fuertes aguaceros no provoquen grandes deslaves como los que borraron del mapa muchas viviendas en un cerro situado en Santa Catarina Pinula ya para terminar la pasada época invernal.

Y, a propósito, hay víctimas del cambrayazo que todavía andan de tumbo en tumbo pidiendo viviendas en lugares seguros sin lograr que sea resuelto el serio problema que han sufrido. Así se escribe la historia, dirán los señores del gobierno que jefea don Jimmy Morales…

Da pavor ver los abismos atestados de pequeñas viviendas en su mayoría, especialmente allí por donde está el largo puente llamado Martín Prado Vélez, pero más conocido como El Incienso.

A orillas del Hipódromo del Norte hay enormes barrancos que tienen partes casi a plomo y, así, pueden derruir el rato menos pensado las humildes viviendas que están hasta el fondo, y entonces quedarán centenares o millares de hombres, mujeres y niños soterrados para siempre.

Es de recalcar que por la Municipalidad de Guatemala (no capitalina como erróeamente suele decirse), han pasado políticos y profesionales de la ingeniería y de la arquitectura, pero quién sabe por qué han permitido que se llenen de seres humanos las fauces tan peligrosas, como para causar espantosa destrucción de covachas donde viven, medio viven y mueren tantas indigentes personas que saborean las amarguras de la pobreza extrema.

El ciudadano Juan Pueblo, con el ceño fruncido y coléricamente manifestó que el gobierno y los socorristas deben estar preparados día y noche para hacer frente, como en El Cambray II, a las deplorables emergencias que dejan saldos muy dolorosos.

Artículo anteriorFallece Muhammad Ali, el más grande del boxeo
Artículo siguienteEl ayuno de Ramadán en Guatemala