Marco Tulio Trejo Paiz
La posición del Presidente de la República es un cargo que constituye toda una complejidad de deberes y obligaciones.
La Presidencia no es la que conciben los aspirantes a ocuparla; y, a propósito, cabe citar el conocido refrán que reza: no es lo mismo verla venir que venir con ella…
El gobernante, desde el preciso momento de arrellanarse en el mullido sillón del palacio verde-esperanza, se ve abrumado por todo lo que contienen los múltiples expedientes amontonados en su escritorio, así como por lo que plantean los ciudadanos que rumian pobreza y por los acaudalados, ya no digamos por los politiqueros del partidismo que ambicionan las mamandurrias.
Pero retomemos el tema del título del artículo.
El Presidente debe mantenerse activo en su despacho, procurando fácil acceso a él, sin largas y tediosas esperas a la gente que trata de plantear problemas buscando la mejor solución posible.
Ahora bien, el organismo Ejecutivo no debe dar el mal ejemplo de recurrir al censurable y punible tráfico de influencia en los otros organismos estatales.
También el mero mero debe enterarse de cómo andan las cosas a escala nacional, para lo cual conviene que visite periódicamente a los gobernadores y que realice reuniones con los alcaldes en la capital.
Debe el Presidente no endeudar más al país, porque ya está hipotecado aquí y en el exterior hasta con derroche de abuso.
Además, debe tener buen cuidado de seleccionar a quienes representen a Guatemala en otros lares, y procurar que logren buenos lazos de acercamiento y de tipo comercial que rindan beneficios al país.
Debe atender la preocupante problemática de la educación, de la salud, asestando fuertes golpes a los funcionarios y a los empresarios corruptos que infortunadamente tienen de capa caída a nuestra anarquizada patria.
Podríamos tratar lo más importante de las obligaciones que tiene el “todopoderoso” de la superinflada burocracia, pero el espacio ya se agotó.
Más adelante trataremos de enfocar otros temas relacionados con lo que debe hacer cada gobernante de turno ahora y en el futuro.