Juan Antonio Mazariegos G.

A más de un año de haber dejado la plaza y luego de la resaca por un éxito que todos consideramos nuestro, al someter a proceso judicial a las dos máximas autoridades del País, bien vale la pena preguntarse qué sucedió, por qué nos unimos en aquel entonces y que nos alejó, por qué abandonamos un proceso que pudo haber llevado al país hacia otros derroteros, quedamos saciados, solo queríamos quitar a quien se burlaba de nosotros, no tenemos los mismos intereses, queríamos un cambio moderado, por qué seguimos en las mismas.

Muy seguro de que cada quien puede hacer su introspección y que otras motivaciones pudieron haber llevado a muchos a la plaza, en mi opinión todo inicia con Roxana Baldetti, en pocas ocasiones una persona ha podido amalgamar tanto la opinión popular en su contra como la exvicepresidenta, su tren de vida, sus negocios, sus paseos por Amatitlán, invitando a comer mojarras mientras promocionaba el “agüita mágica” que salvaría el lago, podrían habernos situado como pueblo, entre gallegos y huitecos en una inmejorable posición para que propios y extraños se rieran a nuestras costillas de la enorme capacidad de una persona para burlarse de nosotros. Hechos como el anterior y la posterior revelación de la existencia de La Línea, con participación directa de ambos exmandatarios en un sistema de cobros ilegales que competía, defraudaba y mermaba las arcas del Estado prendieron una mecha que nos ofendió. Si, nos unió una ofensa, no era que Gobiernos anteriores no hubieran robado tanto, era la combinación de robo, descaro, desfachatez y burla producida por quienes habíamos elegido para servir.

Camino a la plaza o ya en ella, el deseo por que nuestros hijos no repitieran esta experiencia, el castigar a los delincuentes, exigir la renuncia de los corruptos, apoyar a quienes denunciaban, todo justificaba sobradamente nuestra presencia y le ponían mejor cara al primer motivador, pero no habría sido suficiente para mantener la plaza llena durante tantos fines de semana, por increíble que parezca, a mi juicio, la protesta se mantuvo porque no había líderes, todos abandonamos nuestras agendas personales y nos enfocamos en un discurso común, justicia, pena y cárcel para los corruptos, al compás de nuestro Himno Nacional la plaza estaba unificada, estudiantes, campesinos, profesionales, empresarios, todos con un mismo objetivo.

El resultado final estoy claro que no se debe solo a la indignación y la presencia en la plaza, sé que sin la Fiscal General, la CICIG y la Embajada de Estados Unidos, en el orden que a cada quien le parezca, los hoy enjuiciados estarían en el Parlamento Centroamericano o escribiendo sus memorias, ¿pero que acabó con la protesta, que nos separó?
Continuará.

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