Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Don Patricio Aylwin falleció a los 90 años acompañado de su esposa doña Leonor, hijos, nietos y bisnietos. De forma procedente, el Gobierno de ese hermano país decretó tres días de duelo y como se apreció a través de la televisión de Chile, vía cable, el primer día se le rindió un homenaje en el Senado, por haber sido Senador y Presidente de dicho organismo durante el gobierno del doctor Salvador Allende.

Fue interesante ver que a pesar de haber sido quien presidiera la sesión donde se declarara que el presidente Allende había violado normas constitucionales y por consiguiente quedaba inhabilitado para continuar su mandato, los representantes de todos los partidos políticos estuvieron presentes en su homenaje y sus máximos dirigentes le tuvieron elogios  y reconocimiento.

Además, se trasladó el cuerpo del presidente Aylwin al Palacio de la Moneda, donde la presidenta Michelle Bachelet le rindió las honras que merece quien fuera el primer presidente de la Concertación, propuesto por su partido Democracia Cristiana, ceremonia en la que destacó el cuerpo de Carabineros, quienes custodian el Palacio de la Moneda. Ahí se hicieron presentes destacadas personas, dentro de ellas los presidentes Lagos, Frei y Piñera, con lo cual se volvió a cubrir todo el espectro político chileno.

En el segundo día de duelo oficial los familiares trasladaron los restos del presidente Aylwin al antiguo edificio del Senado, en Santiago de Chile, y numerosos políticos, muchos de ellos senadores y diputados de todos los partidos velaron los restos. En las afueras de dicho palacio fueron miles de miles los ciudadanos que llegaron a acompañar y a manifestar su admiración por ese gran hombre.

El féretro fue colocado sobre un bellísimo y antiguo armón tirado por seis caballos y escoltado por el regimiento de granaderos del Ejército, la Guardia de Honor Presidencial. En el breve recorrido destacaban los lanceros y otros miembros del cuerpo de granaderos con sus grandes sables, al llegar a la Catedral, en la Plaza de Armas, se efectuó un responso por parte del Cardenal y Arzobispo de Santiago, donde estuvo presente toda la jerarquía Católica, el gobierno, el cuerpo diplomático y la familia del presidente fallecido. Ahí desfilaron continuamente mujeres y hombres del pueblo de Chile, dando su adiós y manifestando su reconocimiento por la labor como Senador y como primer presidente de la Concertación que don Patricio desarrollara.

Ese segundo día en la Plaza de Armas estuvieron presentes, rindiendo honores, las cuatro Escuelas Militares que integran las Fuerzas Armadas y de Seguridad de Chile. En el tercer día, fueron asombrosos los homenajes y reconocimientos al presidente Patricio Aylwin.

Como bien dijese José Martí “Honrar, honra” y el pueblo y gobierno de Chile se han honrado al no escatimar su duelo y su homenaje elocuente para un presidente que democráticamente fue electo como senador y como presidente de la República.

La Cancillería de Guatemala debería solicitarle a nuestra embajada en ese país que le envíe videos de esos tres días de duelo, y así tener un excelente ejemplo de lo que procede como país, efectuar ante el deceso de nuestros presidentes y/o vicepresidentes y no incurrir en las omisiones y bochornos que se han hecho cuando murió el Presidente Kjell Eugenio Laugerud.

¡Guatemala es primero!

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