Hemos mencionado ya nuestro rechazo al chantaje que los diputados ejercen contra funcionarios del Ejecutivo del que la legisladora Patricia Sandoval dijo ante las cámaras, y sobre las presiones al Ministro de Salud que “la investidura se respeta”.

Ahora, el Ejecutivo ha presentado un amparo ante la Corte de Constitucionalidad por el rechazo al Veto Presidencial contra la disposición que obligará a los miembros del Ejecutivo a acatar todas las citaciones que reciban bajo el riesgo de ser detenidos si no lo hacen.

Durante las últimas legislaturas, UNE, PP y LIDER usaron las interpelaciones para mantener detenidos, encerrados e inoperantes a varios ministros de Estado que tenían que estar listos para cuando a los diputados les diera la gana proceder con desentrampar la agenda y proceder al cuestionamiento en el pleno.

Ya vemos cómo serán los corrillos parlamentarios llenos de funcionarios sumisos ante el antojo de quienes se han mostrado en las últimas semanas como los maestros de la extorsión y el chantaje.

Guatemala se encuentra en un momento crítico en el que se necesita del trabajo y el mejor esfuerzo de cada uno de los miembros de la administración pública. No hay recursos, se ha detenido la obra, la lucha contra la inseguridad tiene que mantenerse activa, el sistema de salud está en colapso y, en general, el país está urgido de un esfuerzo ejemplar para que podamos salir del bache.

Pero se complica poderle pedir resultados al Gabinete de gobierno cuándo los ministros podrían, como el de Salud, ir a temblar ante diputadas como Sandoval que “imponen” sus peticiones sobre lo que la ciudadanía de verdad necesita.

Si los diputados necesitan que la población se los recuerde, estamos seguros que algo se podrá hacer para que se les vaya a decir cuánto desconfiamos de ellos, despreciamos sus prácticas y que tan cansados estamos de que quieran mantener encadenado el país a las mañas con que se han vuelto millonarios con plazas fantasma y repartiéndose las obras.

Estamos a favor de la auditoría y demandamos transparencia de parte del gobierno Ejecutivo, pero no creemos que sean los diputados los garantes de que eso suceda y menos que las comisiones de trabajo legislativas vayan a dar una sola opción para salir de la crisis. Al contrario, los diputados son una buena parte del problema. ¿Será que estamos equivocados? ¿Usted quisiera a sus ministros a diario sentados en las comisiones escuchando los chantajes con la amenaza de poder terminar en prisión? Ya sabemos la respuesta.

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