EDUARDO BLANDÓN

Soy un ferviente creyente de las posibilidades de cambio de las personas.  Por eso, me parece que las circunstancias, los hechos o los accidentes de la vida, pueden hacernos reflexionar y propiciar un cambio de conducta.  Es decir, momentos como la Semana Santa, por ejemplo, pueden generar condiciones para modificar actitudes y reconducir nuestro modo de ser.

Es posible que la rutina no nos permita vernos auténticamente.  Quizá eso de caminar en automático, como en bajada, sea un obstáculo para tomar distancia de nosotros mismos y ser más críticos de nuestro actuar.  Eso nos condena al eterno retorno de lo mismo, la repetición y la vida sin sentido.  Y para eso pueden servir los contextos diferentes.  Algo así como los días de descanso que se avecinan.

Para nadie es un secreto que la rutina nos paraliza, el estrés nos enferma.  Produce en nosotros personas poco creativas, inauténticas, falsas.  La vida robótica carcome nuestras entrañas, vacía nuestras mentes, causa alienación.  Nos desespera.  Y ello, hace que los días se vivan con infelicidad.

Tanto ajetreo nos frustra y eso produce talvez nuestra avidez por la felicidad fácil: el licor, la vida loca, el consumo.  El ánimo por la literatura de autoayuda puede explicar nuestro deseo íntimo de salvación.  No la que viene del cielo, en la vida postrera, sino la que necesitamos aquí y ahora, hoy.  Anhelantes, caminamos desesperados en busca de consuelo, nuestra sed exige un agua que de verdad nos sacie.

Quizá sean estos días de descanso nuestro medio de rescate.  Quién quita que las horas de sueño y la vigilia nocturna, sean el medio propicio para considerar opciones alternas de vida.  Talvez estemos a las puertas de grandes decisiones ahora que podemos ver claro, sin las escamas enceguecedoras del trabajo rutinario y el tráfico atosigador.

Igualmente, si no tiene días de iluminación y gracia, considérese dichoso por los días de sosiego.  Piense que es un bendito porque no todos quizá tienen esa licencia. Aprovéchelo para estar con quienes ama y renuncie absolutamente al trabajo.  Aléjese de lo mismo, comparta con los suyos.  Intente ser feliz.

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