Javier Monterroso

Estamos ya a pocos días que se elijan magistrados de la Corte de Constitucionalidad para el período 2016-2021, la Corte Suprema de Justicia ha definido que realizará su elección el día 2 de marzo, el Consejo Superior Universitario el 9 de ese mismo mes, el Colegio de Abogados ya convocó a la asamblea general para la elección el 2 de marzo y de ser necesaria una segunda el 9, el Congreso de la República aún no ha definido una fecha, pero tradicionalmente siempre ha sido el último en elegir y el Presidente tampoco ha definido cuando ni como hará la selección pero según la ley todos deben estar nombrados antes del 14 de marzo.

Es importante reconocer que la mayoría de entes designadores han optado por realizar procesos públicos, con convocatorias abiertas y han permitido participación ciudadana a pesar de que ninguna ley lo exige, en ese sentido quisiera destacar la actitud del Consejo Superior Universitario y del Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, que incluso en la convocatoria solicitaron el acompañamiento de la sociedad civil en el proceso y que trasladaron las sesiones al paraninfo a efecto de que la sociedad pueda asistir a las mismas.

En el otro extremo el Presidente de la República ha hecho todo el proceso en secreto y totalmente contrario a la exigencia ciudadana de transparencia, tampoco realizó una convocatoria pública ni se conoce que criterios utilizará para su elección, se le olvida o no sabe que no está nombrando un funcionario de su gobierno sino un magistrado de la República, y que no debe elegir a su representante sino que la Constitución le mandata a seleccionar un magistrado basado en los méritos de capacidad, idoneidad y honradez, hasta la fecha solo se puede especular sobre los posibles candidatos aunque algunas fuentes aseguran que el sector empresarial está impulsando a sus alfiles entre ellos Roberto Molina Barreto, Rogelio Zarceño, Mario Fuentes Destarac o José Luis González Dubón.

Creo que hay buenos candidatos, abogados con trayectoria y capacidad para hacer un buen papel en la Corte de Constitucionalidad, por ejemplo Gloria Porras la actual presidenta, que aunque se le pueden señalar algunos errores como en cualquier gestión, ha sido coherente y decente en sus posiciones, lamentablemente el CSU decidió excluir por cuestiones puramente formales al abogado Aquiles Linares quien tenía muchísima capacidad y experiencia y hubiera sido un excelente magistrado, hay también profesionales jóvenes, pero muy bien formados que podrían hacer un buen papel como Jordán Rodas o Fanuel García, mujeres con experiencia y honestidad como María Cristina Fernández, María Eugenia Morales o Estela Bailey, y otros profesionales que por razones de espacio no puedo mencionar. También me parece positivo que la Corte Suprema de Justicia haya decidido nombrar a un magistrado, pues la experiencia en la judicatura es un elemento muy importante a tomar en cuenta.

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