María José Cabrera Cifuentes
mjcabreracifuentes@gmail.com

La coyuntura actual es como de costumbre bastante convulsa. El 14 de enero, Jimmy Morales recibió al país en un estado calamitoso, los retos para la nueva administración, y con esto me refiero también al Congreso de la República, son múltiples.  En las siguientes líneas haré referencia a algunos de los temas que considero urgentes para ser abordados en el corto plazo así como retos que se deberán enfrentar, el espacio no da para mucho pero en las próximas semanas seguiré abordando el tema.

La principal preocupación que me aqueja como ciudadana en términos políticos, es la réplica de la ya muy bien conocida práctica parlamentaria de no dejar gobernar. En esta ocasión es especialmente previsible que acciones de este tipo podrán ser llevadas a cabo fácilmente debido a la debilidad de la bancada oficialista. No percibo que los diputados de FCN o los altos mandos del partido estén buscando engrosar sus filas a través del transfuguismo por lo que se tendrá que buscar alianzas y contar con operadores políticos hábiles que aseguren que el ejercicio del gobierno será una realidad y así evitar lo que experimentábamos cuatro años atrás (y 8 años atrás, y 12 años atrás, etc.)

Esto se relaciona directamente con el siguiente tema, que es la urgente e impostergable discusión de las reformas estatales que, aunque no asegurarían un cambio drástico en el país pues se necesita más que una firma en un papel, regularían y limitarían algunos de los elementos  que han sido tradicionalmente piedras con las que el avance del país se tropieza una y otra vez. El primer tema que deberá abordarse en esta reforma, es la Ley Electoral y de Partidos Políticos que ha permitido la actuación anómala de los partidos y que en gran parte es culpable de que nuestra democracia (al menos en su componente electoral) continúe siendo un fiasco. La Ley de Servicio Civil, entre otras deberán también ser impulsadas desde el Ejecutivo y negociadas dentro del Congreso de la República. La participación ciudadana en estas reformas es indispensable por lo que deberá buscarse un mecanismo de inclusión popular que vigile y proponga al mismo tiempo.

En cuanto a las relaciones internacionales de Guatemala, el  próximo miércoles, 27 de enero, se llevará a cabo la IV Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- en Quito, Ecuador, siendo es la primera vez que el presidente Jimmy Morales tendrá la misión de representar a Guatemala en el extranjero. Este organismo es especialmente relevante pues es el único que aglutina a los 33 países de la región por lo que representa una oportunidad para el abordaje de temas estratégicos. Entre los temas que se abordarán, está las relaciones con la República Popular de China, tema que Morales deberá ser hábil, diplomático y claro para manejar, las relaciones con la Unión Europea la reducción de las desigualdades y el desarrollo sostenible entre otros. No debe desaprovecharse la oportunidad para abordar temas de seguridad nacional como la política de drogas y el combate al crimen organizado.

No alejándome de la misma línea debo anotar que la política exterior no ha sido en ningún sentido la fortaleza más grande de Guatemala por lo que representa uno de los retos más grandes para el actual gobierno enderezarla y reforzar así la primera línea de defensa que tiene cualquier país. Este fortalecimiento es necesario en sus distintas dependencias tanto en Guatemala como en el Servicio Exterior que debiese fungir como productor de la inteligencia necesaria en materia internacional en temas especialmente importantes en los intereses permanentes del Estado de Guatemala.

El paisaje que tiene enfrente Jimmy Morales, su Gabinete y los diputados, no es necesariamente el más esperanzador, los retos son grandes y el trabajo por realizar, intenso y extenso. Esperemos que exista la voluntad política de empezar a aplanar y a enderezar el derrotero que nos llevará a la construcción de la Guatemala que anhelamos.

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