Juan Francisco Reyes López
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Alejandro Maldonado y Alfonso Fuentes Soria, sin duda alguna, habrán tenido condiciones, ellos y su familia, para celebrar la Navidad que no se imaginaron tendrían hace un año.
Regalos, tarjetas de Navidad, abrazos y felicitaciones han de recibir como nunca antes en su vida. Aunque no hayan realizado oficialmente convivios pagados con los impuestos del pueblo de Guatemala, ello no significa que no la pasarán en abundancia, felices y contentos.
¿Qué harán antes de que concluya el año y su mandato para que la gran mayoría de guatemaltecos que dependen de un salario fijo actualicen, a comparación de la inflación de la Canasta Básica, sus sueldos?
De conformidad con la Constitución de la República, los salarios mínimos deben ser revisados, procedentemente actualizados y dentro de lo posible mejorados para poder absorber la inflación del próximo año, de forma sustancial.
Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, en el presente año, en el que fue una buena parte del mismo vicepresidente y presidente Alejandro Maldonado Aguirre, el costo de adquisición de la Canasta Básica Alimenticia a octubre 2015 subió Q70.80 con relación al registrado en el mes anterior, y respecto a octubre de 2014 se incrementó en Q314.10.
Gobernar no es fácil, pero hacer lo que se debe hacer es la obligación de quien ha aceptado un mandato. Esto sin duda de ninguna especie se refiere al actual binomio presidencial.
Si el presidente de la República, Alejandro Maldonado no desea firmar el decreto que implique la revisión, reajuste y actualización de los salarios mínimos, que salga de viaje y que sea el Vicepresidente de la República en funciones de presidente, el que lo suscriba y lo mande a publicar.
El planteamiento es justo, es necesario y el ejemplo de que puede ser el presidente o el vicepresidente quien lo suscriba y publique ya existe. En el gobierno que presidió Alfonso Portillo y el suscrito como vicepresidente, cuatro veces se revisaron los salarios mínimos, se actualizaron, incluso se previó la inflación del año siguiente. También se puede comprobar que no se produjeron despidos, como es el petate del muerto que algunos empresarios esgrimen sin ponerse la mano en la conciencia.
El respaldo técnico para cumplir con el mandato que la Constitución y los tratados internacionales y leyes laborales establecen, está a la vista en el Banco de Guatemala, en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, en el Ministerio de Economía y en el Instituto Nacional de Estadística, INE.
Los miles de miles de trabajadores en el país tienen el derecho a la justicia social, a poder vivir o por lo menos sobrevivir dentro de una clase media y no en la pobreza y en la extrema pobreza. Entre más miseria exista en Guatemala, mayor será el nivel de inmigración, incluso de delincuencia.
Alzar la copa, como se acostumbra en los festejos de diciembre no debe hacerse de forma superflua e irresponsable. La mejor manera de desearle feliz año al pueblo de Guatemala, a los millones de niños, mujeres y a los trabajadores que habitan el país es dándoles el regalo de un salario mínimo justo y actualizado, que les permita vivir aunque sea precariamente.
¡Guatemala es primero!