Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
La entrevista motivacional es una forma de asistencia directa centrada en el cliente. Que ayuda a las personas a explorar y resolver ambivalencias, con el fin de provocar cambios en el comportamiento. Es utilizada en el tratamiento de alcoholismo y otras adicciones.
El método tiene puntos clave: 1. La motivación para el cambio parte del cliente y no se impone. Por lo que se confía en identificar y obtener los valores y metas pertenecientes a la persona para estimular el cambio de comportamiento. 2. Es trabajo de cada persona y no de su asesor, el articular su propia ambivalencia. El asesor ayuda a la expresión de la conducta ambivalente y le sirve como guía hacia una resolución que le conduzca al cambio. 3. La persuasión directa, el enfrentamiento agresivo y la discusión se consideran ineficaces de resolver la ambivalencia. Sino esas tácticas reducen la posibilidad de cambio. 4. El estilo del asesor suele ser tranquilo y evocador. 5. Las estrategias de esta entrevista se diseñan para provocar, aclarar y resolver la ambivalencia en una atmósfera de asistencia respetuosa y centrada en el cliente. 6. La disponibilidad al cambio no se observa como un rasgo del cliente, sino como algo fluctuante, producto de una interacción interpersonal. La resistencia y la «negación» del cliente se describen como una reacción al comportamiento del terapeuta. Se observan como una señal de que este último asume más disponibilidad al cambio que la que en realidad existe. 7. La relación con el terapeuta se define como una asociación o un compañerismo y no la de un experto/receptor. El terapeuta respeta la autonomía del cliente y su libertad de elección, así como sus consecuencias ante su propio comportamiento.
Existen maneras terapéuticas características del estilo de la entrevista motivacional. Las principales son: -Intentar comprender el marco de referencia de la persona a través de una escucha reflexiva.- Expresar aceptación y afirmación.- Obtener y reforzar selectivamente las propias «declaraciones de automotivación» del cliente: expresiones de reconocimiento del problema, preocupación, deseo e intención de cambio, y capacidad de cambio.- Determinar el grado de disponibilidad al cambio del cliente, y asegurarse que la resistencia no viene generada por adelantarse al cliente.- Reafirmar la libertad de elección del cliente y de autodirección. En la entrevista motivacional existe una evaluación global del comportamiento del cliente ante la adicción, seguido de una retroalimentación sistemática de sus logros. La entrevista motivacional puede ser tan breve como una sesión única de 40 minutos. Pero no debe confundirse con las otras terapias breves, ya que en esta no se da ninguna forma de consejería. En ella se confrontan a los clientes con la realidad, pero sin utilizar un enfrentamiento agresivo.
Se considera de forma más clara que no puede haber entrevista motivacional en cuanto un terapeuta: sostiene que la persona tiene un problema y necesita cambiar. -Ofrece consejo directo o prescribe soluciones al problema sin permiso de la persona, o sin animarla activamente a realizar su propia «elección».- Toma una postura autoritaria o de experto, dejando al cliente en un papel pasivo.- Lleva la mayor parte de la conversación.- Utiliza diagnósticos.- Se comporta de un modo punitivo o coercitivo. Lo que sirve para aclarar que dichas técnicas violan el espíritu esencial de la entrevista motivacional.
La eficacia de la Entrevista motivacional se ha visualizado en 8 pruebas clínicas completas, aunque están en curso otras más. «En el primero de estos controles, resultó que la Revisión de los Bebedores quedaba asociada con una reducción significativa del uso del alcohol en bebedores con problemas que acudieron a la consulta (Miller, Sovereign y Krege, 1988). Un segundo estudio de diseño similar (Miller, Benefield y Toningan, 1993) mostró una reducción aún mayor (un 50%) en el consumo de alcohol. Otros dos estudios, en Nuevo Méjico, evaluaron el impacto de una única entrevista motivacional entre los alcohólicos que seguían tratamiento externo (Bien, Miller y Boroughs, 1993) o bien interno, (Brown y Miller, 1993). En ambos estudios los clientes asignados aleatoriamente para recibir una entrevista motivacional preparatoria mostraron unos resultados sustancialmente mejores durante un seguimiento de 3 meses. Handmaker (1993) descubrió que la entrevista motivacional reducía el consumo de alcohol en las mujeres embarazadas, aunque sólo las que bebían en exceso». (RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 6 – 1996)