Jorge Santos

El 15 de septiembre pasado un grupo de hombres armados ingresa de manera ilegal a la sede de la Organización Mama Maquín, intimidando a las mujeres que ahí se encontraban y sustrayendo el equipo de cómputo de la organización. Este allanamiento ilegal, amenazas e intimidaciones no es el primero y aún y en esas condiciones, ellas siguen desde hace 25 años luchando por construir una sociedad alejada del patriarcado, la exclusión y la concentración de la riqueza. A un mes de este otro hecho de violencia contra la organización, ellas se aprestan para celebrar la vida y continuar con su trabajo a favor de las mujeres rurales en el país.

La organización Mama Maquín inicia sus actividades en 1990, cuando 47 refugiadas de diferentes campamentos se reunieron en Palenque, Chiapas, y decidieron hacer escuchar la voz de las mujeres, “porque en ocho años no había sido escuchada. Los periodistas que llegaban a los campamentos a preguntar cómo fue la huida solo iban con los hombres, pero a la guerra no la vivimos igual, los hombres la vivieron de una manera y nosotras de otra manera”, refiere la alerta urgente que la UDEFEGUA realizará para denunciar el allanamiento ilegal, amenazas e intimidaciones del 15 de septiembre.

Es un hecho constatado que a lo largo del Conflicto Armado Interno, las mujeres indígenas fueron un componente esencial de la estrategia contrainsurgente del terror de Estado impuesto por los diferentes gobiernos militares. Tanto la Comisión para el Esclarecimiento Histórico –CEH-, como otros esfuerzos de recuperación de la Memoria Histórica hacen ver que la violación de las mujeres y su tortura antes de ser asesinadas fue una práctica común que iba dirigida a destruir la dignidad no sólo de las mujeres sino también de los hombres.

En este proceso de construcción y consolidación de la organización Mama Maquín, las mujeres analizaron también su papel en el refugio y cuestionaron su falta de participación en las asambleas, a pesar de su aporte importante a la economía familiar. En agosto del mismo año, Mamá Maquín celebró su asamblea constitutiva en la cual participaron más de 700 mujeres y alrededor de 300 invitadas e invitados (UDEFEGUA).

Esperamos que las mujeres de este país y de las rurales en particular puedan seguir contando con una organización referente en este trabajo y que tal y como lo han hecho a lo largo de 25 años, puedan continuar su trabajo hasta alcanzar otra Guatemala posible. Es decir, hoy Mama Maquín es una organización referente en el trabajo de afirmación de los derechos de las mujeres indígenas, los derechos a la tierra y el territorio, entre ellos la defensa ante el impulso de la minería y los monocultivos, así como el trabajo de promover el derecho a vivir libres de violencia. Mamá Maquín tiene un fuerte programa de recuperación de la memoria histórica, de solicitud de justicia y reparaciones. Larga vida a las mujeres rurales y a Mama Maquín que con su trabajo nos enseñan a vivir una vida digna.

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