Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Guatemala se encuentra presidida por un binomio que nadie se imaginó sería el responsable de afrontar y resolver la gobernabilidad desde septiembre hasta el 14 de enero de 2016.

El tiempo no se detiene. Incluso, se dice que “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”.

La responsabilidad de gobernar es de día a día. No puede argumentarse que se trata de un gobierno de transición y que lo que puede hacer es poco.

El día a día implica gobernar, analizar y resolver la crisis en salud, en educación y en cada uno de los aspectos que conlleva la administración pública. Si para hacerlo hay que nombrar todo un nuevo Gabinete debe proceder de inmediato y cada persona que se nombre debe saber que llega tarde, por consiguiente, si antes tenía que trabajar diez horas ahora debe hacerlo catorce y reducir la problemática en que la población se encuentra.

No existe excusa para esperar cómo satisfacer las necesidades del Ministerio de Salud. Mariano Rayo no puede decirle a un paciente que congele su enfermedad o que la detenga. Por tanto, los insumos deben ser la primera prioridad en adquirirse y para ello también es necesario obligar a los proveedores a bajar por lo menos el 50% de su ganancia o lucro.

Desde ya debe procederse a iniciar compras de insumos a través de la Organización Mundial de la Salud o de la Organización Panamericana de la Salud; realizarse compras de emergencia a nivel internacional y obtener mejores precios e inmediatas entregas.

El ciclo lectivo de educación está a punto de concluir. El ministro no debe permitir que maestro alguno pueda dejar de impartir las clases necesarias si no ha completado por lo menos los 180 días que se supone son los mínimos que anual deben impartirse en educación.

Debe procederse a crear comisiones que efectúen los informes concretos para ser entregados en cada uno de los ministerios y dependencias a quienes el pueblo elija en segunda vuelta, lo cual sabremos a partir del próximo 25 de octubre.

Una de las principales razones por las que se estableció que en septiembre y octubre se realizaran la primera y segunda vuelta de las elecciones es para que exista el suficiente tiempo que permita un proceso de transición ordenada, informada y eficiente y de esa manera no acontezca que el nuevo gobierno se elija en los últimos días de diciembre o primeros días de enero y no se informe.

Si el Código de Trabajo establece como requisito obligatorio que una persona que renuncia a un puesto debe realizar un preaviso, mucha mayor razón para que el traslado de responsabilidades y cambio de gobierno conlleva un proceso obligado de entrega y de información.

El presidente Maldonado Aguirre debe pasar a la historia no por haber asumido la Presidencia por pocos meses, sino por haber demostrado capacidad y madurez para hacer un proceso de transición superior a cualquier otro gobierno, que incluya una auditoría indicando malas actuaciones o despilfarros como los que realizaron Sergio de la Torre y Juan Carlos Paiz en el tema de competitividad, ojalá Méndez Herbruger no solo sirva de “alcahuete”.

El accidente de Cambray II es un tema de urgencia, no un distractor de lo que es gobernar. Ninguna otra tarea es más importante que la de documentar e informar al próximo gobierno para que desde el primer día pueda actuar de forma adecuada.
¡Guatemala es primero!
Continuará.

Artículo anteriorEl derecho a la vida
Artículo siguienteEn vísperas del 20 de octubre