Raúl Molina

En el extranjero seguimos indignados por habérsenos marginado como ciudadanos y ciudadanas en la primera vuelta; sostenemos que este proceso fue inconstitucional, siendo directamente responsables el Congreso, la CC y el TSE. No aceptamos los resultados de la primera vuelta y tampoco aceptaremos los de la segunda, por haber sido una farsa electoral. Tampoco creemos en los datos del TSE -es imposible los votos reportados y hay menos del 2.5% de probabilidades de que el orden en la contienda electoral haya sido Morales, Torres y Baldizón- y sospechamos que la Embajada y el CACIF ya se decidieron a coronar al primero. Quizás la UNE sí tiene las agallas para defender sus votos, uno a uno, en la segunda vuelta.
No es cierto que las y los migrantes en Estados Unidos apoyemos a Morales ni tampoco quienes vivimos en el resto de la diáspora. Unos miles de compatriotas en Estados Unidos, orientados por los que hacen de la migración su negocio, se manifestaron en apoyo de él en las manipuladas votaciones del 5 de septiembre, pero eso es una fracción mínima. Fue un ardid para utilizar los resultados mañosamente el 6, en Guatemala, para incidir en el voto de las familias de migrantes, sin vigilancia del TSE. Ahora, esos mismos grupos han establecido que la «votación» se realizará en Estados Unidos el 18 de octubre, a fin de contar con una semana para fines de propaganda. Aun si la UNE se activara para triunfar en ese simulacro, sus resultados son totalmente inválidos al no existir mecanismos adecuados de supervisión electoral. ¿Y el TSE?
La mayoría de los más de 1.8 millones de guatemaltecas y guatemaltecos en el Norte no tienen ninguna razón para creer en los políticos de nuestro país. Llevamos 12 años de oír promesas sobre el voto en el extranjero o apoyo gubernamental en nuestros problemas migratorios. Fueron mentiras. A Morales le preocupa nuestra migración hacia el Norte; pero al igual que Estados Unidos propone evitarla a toda costa, invirtiendo poco en desarrollo y mucho en medidas represivas -la Alianza para la Prosperidad- sin sugerir nada para evitar las deportaciones de las y los connacionales. Desde luego, hay más razones para oponernos a Jimmy, particularmente su relación con el aparato militar del país, que es siempre causa de muerte, impunidad y represión. No todos los militares, ex PAC y veteranos militares destilan sangre; pero los que se han organizado lo han hecho para defender sus intereses, prebendas, abusos e impunidad. El derecho a la vida e integridad estará amenazado, porque estos actores estarán cerca de Jimmy, vía las ex PAC y Avemilgua. Los migrantes no podemos tolerar que se vuelva al oscuro pasado, el del genocidio y el del Patriota. Al contrario, queremos fortalecer la lucha contra la corrupción y la impunidad. La otra opción, Torres y UNE, tampoco es atractiva, por lo que propongo una campaña, no de apoyo al otro bando, sino que algo más simple: «¡Ni un voto para Jimmy!». Para quienes votaron por él en la primera vuelta, pedimos que reflexionen y no cometan la irresponsabilidad de convertirlo en presidente. Para los demás pedimos que se abstengan, voten nulo, o voten por la otra opción.

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