Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Las elecciones generales realizadas el 6 de septiembre, sin duda alguna, de una manera categórica, contienen un acto de civismo de la gran mayoría de la ciudadanía y un “tapabocas” para aquellas personas y grupúsculos que sin fundamento legal ni socialmente real, pregonaron e impulsaron la opinión que las elecciones debían de postergarse y/o suspenderse.

Como bien lo dice el columnista Ricardo Méndez Ruiz: “la falta de confianza en el proceso fueron las entusiastas predicciones de los semilleros, se equivocaron en todo”. Por supuesto, ese grupúsculo, que sin duda alguna tiene acceso a los medios de comunicación, es el único. También hay algunos coyotes que están agrupados con ellos, pero que no se atreven a sacar la cara, como Manfredo Marroquín que en la reciente columna que publica en elPeriódico, dijo el 8 de septiembre, bajo el título: “Enanismo partidario y grandeza ciudadana”, que el binomio que encabeza Jimmy Morales, que obtuvo la primera mayoría en la elección, logró el 23% de los votos, omitiendo la importante fracción adicional, por cuanto, según los conteos preliminares del Tribunal Supremo Electoral, el candidato de FCN Nación logró el 23.88%. Adicionalmente, dice en su columna, “el resto de los 11 candidatos se reparten entre todos apenas otro 25%”, dato que es mentira, porque el resto de binomios (13) se reparten alrededor del 47% de los votos para Presidente, y eso es que Marroquín se precia de representar en su ONG una acción ciudadana.

En el evento electoral concurrieron a votar más del 70% de los ciudadanos empadronados; es decir, más que ninguna otra elección general. 1.5 millones de guatemaltecos residentes en el extranjero no pudieron votar, aunque cívicamente una parte de ellos se manifestó en un simulacro de elección.

El número de votos nulos por consiguiente es porcentualmente menor, igual que lo es el número de votos en blanco, hecho que también evidencia que quienes propusieron de mala fe e ilegalmente que las personas anularan su voto no fueron respaldados.

Otro dato importante y significativo fue la elección de diputados al Congreso de la República, donde los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral indican que Lider obtuvo 44 curules, la UNE 36; sumados los dos son más de la mitad del Congreso. A ello se adiciona que TODOS logró 18, el Partido Patriota obtuvo 17 curules, y el resto de partidos políticos los remanentes escaños para 158 diputados electos.

Otro dato positivo de la voluntad ciudadana es que desapareció el PRI, lección para la familia Pérez, especialmente para su secretario general y candidato presidencial, Luis Fernando Pérez, quien enterró los remanentes de un partido del que no debió ser su secretario general, mucho menos su candidato presidencial.

Qué distinta y valiosa es la opinión del columnista Acisclo Valladares Molina, que también en elPeriódico, el 8 de septiembre, publica bajo el título “La contundente derrota del rompimiento del orden constitucional” y entre otros aspectos dice: “algunos analistas no han querido ver en el resultado de estas elecciones la contundente derrota de los golpistas, que pretendían que estas fueran postergadas o bien, en contra del mandato expreso de la ley, se introdujeran reformas a un proceso electoral ya convocado”.

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