Marco Tulio Trejo Paiz  

Qué complicada se ha puesto la situación política en nuestro país. El presidente de la república, general Otto Pérez Molina, no ha renunciado al cargo como se rumoreó, sino enfática y categóricamente ha dicho que no renunciará.
Ante la decisión del gobernante, varias organizaciones han dispuesto presionarlo para que abandone el codiciado sillón del “Guacamolón”.
Otro caso de gran repercusión es el de Roxana Baldetti, exvicepresidenta, quien fue capturada recientemente para luego mandarla a la cárcel acusada de peculado, y se le sindica, también, de pertenecer a la “La Línea”.
Mientras tanto, se corre el riesgo de que no haya elecciones el 6 de septiembre, sino hasta cuando la fiesta brava dé oportunidad. .
Es lamentable la anormalidad imperante que está teniendo una incidencia sumamente desfavorable para Guatemala, pues en vez de ir hacia adelante se ha quedado en un recodo del camino.
En realidad, las actividades propias de la vida activa han sufrido un parón, lo que origina muy serios problemas virtualmente irresolubles.
Políticos, entidades sindicales, grupos estudiantiles y gran parte de la ciudadanía les preocupa el problemático acontecer, presionan en calles, plazas y frente a instituciones que tienen vela en el entierro para que se corte por lo sano, y resolver cuanto antes las cosas a la mejor conveniencia de la patria y del pueblo.
Debemos parar mientes en los grandes perjuicios que está sufriendo el país. Internacionalmente es negativo lo que se piensa de Guatemala. Los inversionistas y los turistas potenciales, en especial, al menos por ahora no estarán dispuestos a visitarnos  por temor a la violencia que danza en la capital y en otros lugares de la república.
Todos, absolutamente todos los guatemaltecos, sobre todo los políticos y los grupos sindicales, en particular, en lugar de encender las llamas del descontento, de la sinrazón, deben contribuir a solucionar la grave situación reinante.
Mi leal amigo Juan Pueblo, visiblemente enfadado, dice que ya es hora de bajar la guardia y  rendir merecido homenaje a la patria con toda compostura y un trabajo edificante.

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